Después de un duro curso escolar, nos encontramos ante su recta final, el último trimestre.
Son muchas las dudas e inseguridades que pueden surgir en las familias ante tal momento, puesto que el esfuerzo que llevan realizando todo el curso, puede verse en ocasiones truncado por el cansancio, el agobio de los últimos exámenes y la falta de organización.
El apoyo familiar que recibe un alumno con TDAH es imprescindible para su correcto funcionamiento, para un aumento de su motivación y para la forma que tenga de afrontar los retos que se le presenten y las metas que deba y quiera alcanzar.
Por todo ello, la familia juega un papel fundamental, y conocer algunas pautas para mejorar las situaciones que puedan darse les ayudará a afrontar de una manera satisfactoria cada una de ellas.
- La importancia de la intervención: como sabemos, la intervención que mejor pronóstico y resultados obtiene en los niños con TDAH es aquella que se centra y que contempla tanto la intervención escolar y familiar, el tratamiento farmacológico en los casos que sea necesario y la intervención psicológica o psicopedagógica con el niño. Debemos tener presente que la intervención, en todos los ámbitos, debe ser constante y continuada en el tiempo, porque los aspectos sobre los que se trabajan, dependiendo de cada niño, necesitan ser reforzados continuamente. Encontrar la intervención que mejor se adapte a nuestro entorno, a nuestra familia y al niño, y contar con una red de apoyo y ayuda, hará que todo el proceso sea más liviano y sintamos mayor comprensión y capacidad.
- La constancia en el estudio: no solo ahora, sino que hemos debido llevar orden y desarrollo de la autonomía frente al estudio todo el curso, pero es algo en lo que no debemos bajar la guardia durante esta recta final. Los exámenes, trabajos a entregar y tareas diarias pueden provocar más ansiedad o agobio en el niño y en el entorno de lo habitual, pero debemos mantener las pautas establecidas.
- Técnicas de estudio: la forma en que un alumno con TDAH se enfrente al estudio también es relevante a la hora de trabajar la materia y de obtener resultados adaptados a sus necesidades. La lectura comprensiva, el subrayado, los esquemas y resúmenes son técnicas necesarias y muy provechosas para los alumnos con TDAH, puesto que a través de ellas descifran la materia, comprenden su significado y con todo ello pueden enfrentarse de una manera más adecuada a los exámenes.
- Asumir las limitaciones: ser objetivos en cuanto a las posibilidades reales de nuestro hijo, nos ahorrará mucha ansiedad y preocupación por los resultados y el futuro. Nadie mejor que los padres y los profesionales que trabajan diariamente con el niño para conocer cuál es el límite que, hablando en términos académicos, puede alcanzar, para no crearnos falsas expectativas y no llevar al niño a una situación de frustración por no poder satisfacer nuestras exigencias.
- Animar: es imprescindible que el niño se sienta respaldado por su entrono más cercano. Para ello, debemos motivar, apoyar y celebrar los pequeños logros que vaya consiguiendo, valorar el esfuerzo diario, tanto en el estudio, en las relaciones sociales o en la superación personal, para poder ir mejorando y saltando obstáculos.
- Fomento de la autoestima: todos los aspectos de acabamos de señalar, se encuentran íntimamente ligados a la autoestima del niño, aspecto fundamental para evitar fracasos personales, enfrentarnos de una manera más positiva y motivadora a los retos, tanto académicos como personales.
Por ello, adaptemos nuestro vocabulario para expresarnos de una manera más positiva, cambiando un no por un sí, en vez de resaltar todo lo que hace mal, señalar las cosas en las que se esfuerza, las que hace un poco mejor o por las que muestra interés, para que no todos los comentarios resulten negativos y mantengamos en equilibrio su autoestima, que tan importante es para todos los aspectos de la vida del niño en su desarrollo como persona.
Rocío Meca Martínez.
Especialista en Pedagogía Terapéutica de Fundación CADAH.