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En diferentes ocasiones hemos tratado los temas del refuerzo positivo y de diferentes sistemas de recompensas, por ello hoy deseamos centrarnos en la necesidad de mantener una disciplina activa con los niños con TDAH. ¿Por qué es esto importante? Porque dados los comportamientos de los niños con TDAH, tanto a los padres en el hogar como a los docentes en el aula les puede resultar muy complejo controlar esos comportamientos.

Es importante que tengamos en cuenta que debemos separar los comportamientos de la conducta del niño, es decir, conocer que determinados comportamientos que presenta serán causa de su personalidad y otros serán causados por la sintomatología del trastorno.

En todos ellos, es necesario que las personas responsables de la gestión de los mismos sean conscientes de los pasos que deben tomar y de las reacciones que pueden tener. Por ello debemos actuar de una manera controlada, siendo capaces de no perder los nervios, hablando de manera calmada y siendo tajantes en nuestro discurso.

Veamos algunos aspectos relevantes a tener en cuenta, por ejemplo, si hemos instaurado un sistema de recompensas a través de una economía de fichas con nuestro hijo con TDAH.

• Deberemos haber explicado con claridad los objetivos que perseguimos, lo que se espera del niño.
• Al hilo de lo anterior, deberemos haber establecido tanto las recompensas como las consecuencias de cumplir o no los objetivos propuestos.

Estos dos aspectos son de vital importancia, puesto que sientan las bases para el trabajo posterior que debemos realizar. Pensemos que si esto no ha quedado claro, tanto al niño como a nosotros mismos, no vamos a poder ejercer la autoridad necesaria en los casos en que no se cumplan. Además, sólo debemos castigar las malas conductas y tener planeadas unas consecuencias que sean proporcionales al objetivo no cumplido.

¿En qué tipo de objetivos podemos centrarnos para imponer un sistema de recompensas?

- Llevar a cabo correctamente las rutinas de la mañana:

• Levantarse a la hora.
• Estar preparado a tiempo.
• Recoger el desayuno.
• Etc.

- Llevar a cabo correctamente las rutinas de la tarde:

• Tener todo el material para hacer las tareas.
• Hacer las tareas.
• Preparar el material necesario para las clases extraescolares.
• Etc.

- Llevar a cabo correctamente las rutinas de la noche:

• Recoger el cuarto.
• Preparar la mesa para la cena.
• Preparar la mochila y la ropa para el día siguiente.
• Etc.

No olvidemos el refuerzo positivo como fuente de recompensa y de aplicación de disciplina. El refuerzo positivo es uno, o el más valorado por los niños, dado que el reconocimiento verbal y físico del adulto surte una inyección de positivismo en el niño.

Cuando empleamos este reforzador estamos incidiendo en muchos aspectos:

1. Primero, estamos motivando al niño, ya que recibe de manera inmediata una respuesta positiva al correcto desempeño del objetivo que se esperaba de él.
2. Dejamos claro lo que es positivo y lo que no, ya que no reforzamos las conductas que no deseamos que se repitan.
3. Nos sirve como complemento del sistema de recompensas que estemos llevando a cabo.

Rocío Meca Martínez. (2017).
Especialista en Pedagogía Terapéutica de Fundación CADAH.