TDAH: Disciplina positiva
La Inteligencia Emocional podría definirse como la capacidad que tiene una persona de manejar, entender, seleccionar y trabajar sus emociones y las de los demás con eficiencia y generando resultados positivos.
Es decir, es la habilidad para gestionar bien las emociones. Tanto las nuestras como las de los demás.
Una persona que se enfada con facilidad, que se pone triste con frecuencia o que no es capaz de controlar sus impulsos... es alguien con mala inteligencia emocional. Por el contrario, una persona que se conoce bien a sí mismo, que es capaz de pensar antes de actuar, que entiende sus impulsos, que los expresa con educación siendo sincero pero, a la vez, consiguiendo no afectar negativamente a la gente que le rodea...o que es capaz de relativizar y sentir las cosas de una forma sana...sería una persona con MUY buena inteligencia emocional.
El uso de la Inteligencia Emocional vuelve a ser una herramienta fundamental en situaciones de comportamientos desafiantes de los afectados de TDAH.
Mantener la calma y la compostura es la primera vía para que, ante una situación de enfrentamiento, el niño/a también se calme. Este y otros recursos, de lo que podemos nombrar como Disciplina Positiva nos permitirán mantener el control y evitar un alto estado de nerviosismo, que resulta en la mejor gestión del conflicto.
El tiempo que tarda un niño en volver a un estado de calma, depende de muchos factores, pero si atendemos a los que dependen exclusivamente del adulto que este gestionando la situación, podríamos destacar tres:
Por ello es necesario, mejorar estas habilidades/herramientas. Esto puede hacerse siguiendo estas pequeñas pautas:
Utilizar menos palabras (o ninguna): en estos momentos, los niños/as no reaccionan a lo que decimos, sino más bien a cómo lo decimos. Por eso es mejor permanecer en silencio. Cuando se haya tranquilizado se le puede repetir de manera calmada y en voz baja las órdenes o la petición.
Darle como máximo dos o tres alternativas: está bien ofrecer alternativas, pero si son demasiadas se pueden sentir abrumados para elegir. Si no hay alternativa, se rebelará. Las alternativas a ofrecer deben mantener una equidad en cuanto a su conveniencia, para que sea cual sea la elección, resulte beneficiosa.
Avisar con antelación cuando debe hacer su tarea: en los niños con TDAH es necesario adelantarles que deben hacer, ya que no podemos esperar a que actúen de manera autónoma. Es recomendable realizar pre-avisos para que se vayan mentalizando que deberán iniciar una nueva actividad.
No dar órdenes preguntado: esto provoca en el niño la sensación de tener elección a la hora de cumplir el mandato. Se deben dar las órdenes con tono de voz neutral dirigiendo lo que se debe hacer y cómo debe hacerse.
Haz el seguimiento: si después de avisarlo 3 veces, el niño no se mueve, debes cogerlo cariñosamente e iniciar con él la acción, dejándole que continúe solo. Si empieza a quejarse, no le contestes, ignóralo
Todos estos consejos son algunos de las que nos podrán ayudar a mejorar la conducta de los niños, pero lo principal es que os dejéis asesorar por un profesional que os guíe en la evolución satisfactoria de aquellos conflictos más severos. Además no olvidéis que la comunicación y un clima familiar cálido y afectivo os ayudaran a que la eficacia de la disciplina, sean más positiva.
FUNDACIÓN CADAH
BIBLIOGRAFIA
Tineo. A. ¿Qué es inteligencia emocional? de http://www.alvarotineo.com/articulos/inteligencia-emocional
Fernández, A. (2009). Fundamentos de la intervención Psicopedagógica. Cantabria: Universidad de Cantabria.