Comunicación cooperativa o colaborativa
Una buena comunicación es la que permite a dos personas conectarse. En el caso de la comunicación entre padres, madres, hijos e hijas, la buena comunicación ayuda al niño o a la niña a conectar ideas, emociones y estilos de pensamiento.
Gracias a infinidad de estudios sabemos que la comunicación familiar es la principal vía de desarrollo intelectual durante los primeros años de vida.
Distintos estilos de comunicación pueden ofrecer un mejor o un peor resultado a la hora de conseguir que el niño y/o la niña colaboren con el adulto.
El estilo de comunicación más eficaz es aquel que hace de la labor un trabajo en equipo, que pide colaboración, que implica al niño en el pensamiento del adulto y que le permite sentirse parte de la toma de decisiones; esto es la comunicación cooperativa.
Este estilo de comunicación es derivado de las investigaciones de Elaine Rees, Robyn Fivush y otros científicos que estudian la comunicación familiar. Este estilo de comunicación aumenta la probabilidad de que el niño y la niña colaboren con el adulto en cualquier tarea que este le proponga.
Es una técnica de comunicación muy extendida entre los profesionales que trabajan con personas con diversidad funcional, entre ellos los que trabajan con niños con problema de conducta, déficit de atención o dificultades cognitivas.
A continuación puedes leer una breve descripción de los cuatro puntos más característicos de esta forma de comunicación:
La comunicación cooperativa no es un método infalible, pero, aun así, aumenta de una manera significativa la probabilidad de que el niño y la niña se ponga en el lugar del adulto y colabore con él.
BIBLIOGRAFÍA
Bilbao, A. (2015). Capítulo 11: Comunicación. En A. Bilbao, (12ª Ed.), El cerebro del niño explicado a los padres (pp.123-130). Barcelona: Plataforma Editorial.
Andrea Gómez Iglesias (2019).
Psicóloga clínica de Fundación CADAH.