¿Cuándo deben iniciarse en las tareas domésticas los niñ@ con y sin TDAH?
Las familias están compuestas por miembros de diferentes condiciones: adultos, niñ@s y adolescentes. Y cada uno tiene un rol dentro de la familia de acuerdo a sus responsabilidades y competencias en el hogar. En el caso de los niñ@s, el desarrollo autónomo es un proceso que debe ir de la mano de su propio neurodesarrollo y consolidación de funciones motoras, psicológicas y sociales.
Los padres son los principales responsables y los que se encargan de llevar a cabo las tareas complejas: intelectuales, organizativas, económicas, toma de decisiones, seguridad, y protección familiar.
Los hij@s por su parte tienen sus propias responsabilidades académicas, sociales…pero también son actores que deben contribuir positivamente al manteniendo del hogar y la convivencia. Por una parte, para alimentar un clima de cooperación y apoyo mutuo, y por otra, para su propio desarrollo personal y autónomo, que debe comenzar desde fases tempranas. Este hecho es especialmente notable en los niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), ya que su madurez y desarrollo autónomo es más deficiente con respecto a sus iguales.
Los padres son los responsables de iniciar y supervisar este proceso de crecimiento por etapas. Es importante tener en cuenta que antes de plantear qué actividades domésticas vamos a encargar hacer a nuestro hijo/a debemos asegurarnos de ser objetivos al analizar si son capaces o no ( ej. si nuestro hijo presenta alguna dificultad física o motriz estará limitado para muchas tareas).
Si queremos instaurar con éxito el hábito de las tareas es fundamental el REFORZAMIENTO POSITIVO, es decir, recompensar positivamente con halagos, felicitaciones, palabras de ánimo y confianza, el esfuerzo y la ayuda al mantenimiento de la armonía familiar que están realizando.
¿Qué tareas domésticas pueden realizar los hij@s de forma autónoma de acuerdo a las edades y su proceso de neurodesarrollo?
De 2 a 3 años: En esta etapa crucial del neurodesarollo los niñ@s adquieren autonomía y dominio de las funciones motoras conscientes de su organismo. Comienza el dominio del lenguaje y con él el aprender a comprender el mundo que les rodea. En esta etapa se convierten en pequeños ayudantes de los padres en las tareas sencillas.
De 4 a 7 años: En esta etapa del neurodesarrollo predomina el progresivo dominio del lenguaje y con él, la evolución del pensamiento, la comprensión del entorno y la sociabilidad. Los niñ@s ya son capaces de discernir lo que es su espacio y sus cosas de las del resto de la casa. Pueden hacer tareas sencillas solos con supervisión.
De 8 a 10 años: En esta etapa predomina el desarrollo del pensamiento formal, dominio del lenguaje, mejora la comprensión del entorno y se adquieren nuevos conocimientos basados en la lógica de lo concreto. Los niñ@s ya son capaces de entender las relaciones complejas de acción-consecuencia y la importancia del mantenimiento del orden y la planificación. También es aquí cuando el niño comprende mejor su rol en el hogar como un miembro colaborador autónomo más.
De 11 a 15 años: En la adolescencia se desarrolla la identidad y la capacidad analítica, es la etapa en la que se aprende el pensamiento crítico que nos prepara para la vida adulta. Los adolescentes deben asumir que su posición es importante de cara al desarrollo y enseñanza de sus hermanos pequeños y por ello tienen una responsabilidad como actores modelo. Los adolescentes tienden a explorar los límites retando a sus padres o bien tendiendo a imitar sus conductas. En la adolescencia ya empiezan a tener un control consciente total sobre sus acciones y resposnabilidades, y es por ello que se les debe exigir su cumplimiento y las consecuencia de no hacerlo o hacerlo negligentemente.
*11 - 13 años:
*14-15 años:
No debemos olvidar que para los hij@s es mucho más sencillo que "nos hagan" las tareas que hacerlas nosotros mismos, y no podemos pedir que los niños hagan algo que no hacemos nosotros, es decir, como siempre, debemos ser un ejemplo para ellos. Por ejemplo, si los padres piden colaboración para poner y quietar la mesa a un niño de 7 años, pero él ve que papá o mamá nunca lo ha hecho, indudablemente puede cuestionarse el por qué él va a tener que hacer algo que quien se lo está pidiendo nunca ha hecho.
Cuando todos los miembros partcipan activamente de la dinámica del hogar se reducen las tensiones, y el clima familiar se vuelve más armónico.
Sara Ortega Tapia, Neuropsicóloga de Fundación CADAH (2017).