Causas del TDAH
El origen del Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) con exactitud así como los factores específicos que contribuyen a sus aparición se desconocen a día de hoy a pesar de las múltiples investigaciones que se llevan a cabo en este campo. Los estudios hasta la fecha sugieren que no existe una causa única que provoque el TDAH y las características de su cuadro sintomático, sino que éste se origina, más bien, en respuesta a la interacción de muchas factores durante la etapa gestacionaria.
En este sentido, podemos distinguir entre factores de origen biológico y factores psicosociales-ambientales como posibles agentes desencadenantes, faciliatadores y/o agravantes.
Factores genéticos
Se han demostrado que los factores de origen hereditario explican en un 80% de los casos la aparición del trastorno, siendo la probabilidad de presentar el trastorno mayor si algún progenitor está afectado, esto es, que el padre o la madre tengan TDAH multiplica por 8,2 el riesgo de padecer el trastorno (Soutullo y Díez, 2007).
El coeficiente de heredabilidad del TDAH es de 0,76, lo que significa que si el niño tiene TDAH, el 76 por cierto se explica por causa genética. A pesar de estas cifras, no existe una acción genética directa, por lo que un padre tenga TDAH no determina con exactitud que sus hijos vayan a desarrollarlo, tan sólo que existe una probabilidad mayor, como ocurre con otras patologías psiquiátricas como la depresión, o la esquizofrenia (Soutullo y Díez, 2007).
Los estudios de genética molecular han relacionado el trastorno fundamentalmente con varios genes en diferentes cromosomas y sus variaciones en el número de copias. Se trata, por tanto, de un trastorno de herencia poligénica, es decir, múltiples genes contribuyen al fenotipo del TDAH. El principal candidato sería el gen DRD4*7, en el cromosoma 11, responsable de producir el receptor D4 del neurotransmisor dopamina y que en el caso de los afectado por TDAH este gen está alterado hasta en un 50-60% de los casos (Soutullo y Díez, 2007).
Por todo ello, es que el TDAH no se trata de un constructo social, o algo relacionado únicamente con el entorno del niño y su educación, sino que el origen del TDAH se debe en buena parte a modificaciones específicas en determinados cromosomas que componen el genoma humano, como explicación más plausible hasta la fecha.
Factores neuroquímicos
Las teorías explicativas neuroquímicas describen como origen de las disfunciones comportamentales y cognitivas y emocionales atribuidas al TDAH a un fallo en el desarrollo de los circuitos cerebrales del córtex prefrontal, los ganglios basales y las conexiones frontoestriadas, lo que provoca fallos en el sistema ejecutivo del cerebro y los mecanismos de inhibición y autocontrol (Soutullo y Díez, 2007).
Estos fallos en el funcionamiento cerebral se explican debido al desequilibrio de los neurotransmisores dopamina y adrenalina (sustancias químicas del cerebro encargas de transportar la información) que provoca que la producción de estos dos neurotransmisores sea irregular. Este déficit de dopamina y noradrenalina genera problemas en los circuitos reguladores de varias zonas del cerebro como el córtex prefrontal, el cuerpo calloso y los ganglios basales lo que altera el funcionamiento de las funciones ejecutivas, responsables de dirigir el foco de atención, planificar, organizar y regular la conducta e inhibir estímulos irrelevantes del entorno.
Factores psicosociales
Más allá de los agentes ambientales que no parecen implicados en el origen del trastorno (aditivos, determinados alimentos) algunos estudios si relacionan algunos agentes externos como precipitantes o contribuyentes a la aparición del TDAH durante la etapa gestacional (factores Prenatales) o cerca del nacimiento (perinatales) como: el tabaquismo (Langley, 2005 y Thapar, 2009) y el estrés y ansiedad maternas durante el embarazo (Rice 2010, Van der Bergh y Marcoen, 2004,2005). Pero no existen evidencias científicas concluyentes acerca de que exista una relación directa de causa efecto sobre estas variables.
A pesar de que el estilo de crianza y la educación recibida no es origen del trastorno, si contribuye a agravar los síntomas y la evolución del trastornos en niños que ya presentan el trastorno, por lo que la elección de intervenciones psicológicas, educativas y familiares adecuadas contribuyen a una mejoría de los síntomas y a un mejor pronóstico.
BIBLIOGRAFÍA
Soutullo, C. y Díez (2007). Manual de Diagnóstico y Tratamiento del TDAH. Madrid: Editrial Médica Panamericana.