Desmontando mitos sobre la alimentación
II Symposium de PsicologÃa clÃnica y de la salud con niños y adolescentes (Universidad Miguel Hernandez, Elche)  "Tratamiento de los problemas de alimentación en el niño"Â
Dña. Montserrat Domènech (Instituto Universitario Dexeus, Barcelona)
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En ocasiones se tienen algunas creencias acerca de la alimentación o los patrones alimenticios de los hijos que se alejan de la realidad.
Es importante desmontar estos mitos con el fin de abordar de forma realista tanto a nivel de información y educación alimenticia como a la hora de establecer patrones de alimentación sanos y correctos.
A continuación presentamos algunos mitos sobre alimentación:
- El hábito de succión involuntaria: cuando un niño se succiona el dedo, no siempre es indicativo de que tenga hambre, este acto de succión es muchas ocasiones es involuntario. Si es aún pequeño y usa chupete se le da el chupete y listo, pero no se le da de comer si no es necesario.
- Rapidez a la hora de comer: que un niño coma rápido y todo lo que tiene en el plato es indicativo de que tiene hambre, pero que a veces un niño coma despacio o no coma todo, no siempre es por falta de apetito, sino que pueden estar interfiriendo otros factores.
- Los niños comen y piden comida cuando tienen hambre: esta afirmación es veraz, cuando un niño está realmente hambriento pedirá comida y comerá sin dificultades.
- "A este niño no le gustan las acelgas como a mÃ": esta afirmación carece de validez, ya que este tipo de preferencias alimenticias o rechazos a determinados alimentos no se trasmiten genéticamente. Por el contrario, los niños si imitan lo que hacen sus progenitores (Aprendizaje por Modelado) y si los hijos ven que los padres rechazan alimentos, ellos rechazarán estos alimentos por imitación.Â
- Rechazar alimentos: A partir de los 2-4 años los niños empiezan a descartar alimentos ("esto no me gusta", "esto no lo quiero"). Si el niño rechaza tomar un alimento o un grupo de alimentos que son importantes para su salud y que tienen aportes nutricionales fundamentales, o lo hace por imitación o por capricho, se debe corregir esto. Es importante establecer unos buenos hábitos educativos sobre alimentación y establecer unas normas. En el caso de que se restrinja un alimento especÃfico y poco habitual (chocolate, jamón, coliflor, melón, etc.), es posible que este rechazo permanezca ya el resto de su vida. En estos casos hay que reconocerlo y aceptarlo.
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- Menús infantiles de los restaurantes: Es habitual encontrarse en los restaurantes menús especiales o adaptados para el público infantil. Ãstos suelen seguir unos patrones muy similares (patatas fritas, fritos, carnes fileteadas, pastas, poca verdura, pocas legumbres, etc). Esto es un error. Los niños pueden comer de todo y por supuesto la comida de los adultos (que ya comen en su casas) los cuales suelen ser menús muchos más variados y elaborados. Ãnicamente hay que asegurarse de pedir menos, media ración en vez de una entera.
- El niño no puede pasar hambre: en ocasiones cuando los niños se ponen muy caprichosos y toman posturas de negación y convierten las comidas en batallas campales, se puede adoptar la medida (extraordinaria) de quitarles la comida que han rechazado y hacerles pasar un poco de hambre con el fin de que vuelvan a pedirlo, y asà aprenden que si tienen hambre esa es la comida que hay que consumir.
¿Cómo actuar ante una fobia a tragar?
A veces cuando los niños son pequeños o incluso niños que han experimentado malas experiencias con la comida, desarrollan fobias a tragar. En estos casos la intervención a seguir consiste en de forma paulatina ir evolucionando de alimentos muy suaves a alimentos enteros.
La técnica más habitual y más efectiva consiste en coger un mismo alimento y triturarlo de 3 formas diferentes (1=muy triturado, 2=menos triturado y 3=poco triturado.)
Se le entrega al niño el "bol 1" con el alimento muy triturado y con poca cantidad y a medida que va comiendo se le va reforzando positivamente. A medida que va comiendo y tragando se va pasando de un bol a otro de forma progresiva hasta que el niño es capaz de tragar el alimento poco triturado (si no es capaz se vuelve al bol anterior y se continúa en ese bol hasta que se pueda pasar al siguiente). Con esta técnica el niño/a pasará a comer alimentos enteros, a medida que va cogiendo confianza y quitando la fobia.
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