Tratamiento del TDAH
El tratamiento del Trastorno por déficit de atención e Hiperactividad (TDAH) debe plantearse desde un enfoque multidisciplinar y multimodal. Debido al impacto que tiene el trastorno sobre las diferentes áreas de la vida del afectado, es necesario atender e intervenir sobre los aspectos cognitivos, conductuales, educativos, afectivos, familiares y sociales.
El tratamiento del TDAH debe ser individualizado y diseñado por un especialista o grupo de especialistas en función de las características sintomatológicas y las circunstancias que rodeen al caso (problemas asociados, entorno, escuela, etc.) y a la familia (Soutullo y Díez, 2007).
El tratamiento multimodal del TDAH tiene por objetivo mejorar los síntomas nucleares del trastorno (hiperactividad, impulsividad y déficit de atención), reducir la aparición de problemas asociados al TDAH, favorecer la adaptación académica del afectado, reducir el impacto del trastorno en el entorno del afectado (familia, escuela, entorno social, plano personal), adquirir las competencias y estrategias básicas para un funcionamiento global óptimo y mejorar la calidad de vida de la persona con TDAH y su familia (Soutullo y Díez, 2007).
La aceptación activa del TDAH es esencial para garantizar la eficacia del tratamiento y alcanzar una evolución positiva. El entorno que rodea al afectado debe comprender, aceptar y formar parte activa de la intervención multimodal del tratamiento asumiendo su rol en coordinación con el resto de las personas implicadas.
Para lograr éxito en el tratamiento es imprescindible encontrar un buen profesional en el que los padres puedan confiar, que acompañe y de apoyo y que impulse al niño a salir adelante. Los padres han de tener una actitud positiva, deseos de aprender, informarse y educarse, aceptar su labor de co-terapeutas, al igual que los profesores, quienes deben al igual que los padres aprender a manejar el trastorno para lograr en ellos un buen desarrollo.
Por tanto, el enfoque multimodal en el tratamiento del TDAH se centra en la atención de las diferentes áreas del sujeto afectadas: área académica, área familiar, área psicológica/neuropsicológica y el área social.
Los cuatro pilares que conforman el tratamiento multimodal del TDHA son:
Tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico para el TDAH se presenta principalmente en dos formas:
El Metilfenidato (MPH) es la forma farmacológica psicoestimulante de primera elección para el TDAH. Además de los fármacos estimulantes, existen otras alternativas farmacológicas como el uso de fármacos no estimulantes. La atomoxetina es el fármaco no psicoestimulantes de primera elección en España (Libro Blanco del TDAH, 2013).
Intervención psicológica
Otro pilar esencial del tratamiento del TDAH es la terapia psicológica. Los estudios hablan de una mayor eficacia y mejor evolución cuando se combina la medicación con una intervención psicoterapéutica. La medicación cómo única elección no entrena en la adquisición de habilidades ni resuelve los problemas asociados (Libro Blanco del TDAH, 2013).
La intervención psicoterapéutica atiende a los aspectos cognitivos, emocionales, afectivos, sociales y conductuales. Mediante la intervención con técnicas de modificación de conducta, cognitivas o intervenciones neuropsicológicas, se trata de modificar aquellos comportamientos disfuncionales, reforzar aquellas áreas cognitivas más deficitarias, tratar los problemas emocionales y entrenar en el manejo de habilidades y estrategias de funcionamiento para el día a día.
Los tratamientos psicoterapéuticos indicados en el TDAH son:
Intervención educativa
La intervención educativa tiene como objetivo mejorar el rendimiento académico del niño o adolescente en la escuela mediante la reeducación psicopedagógica y la intervención a través adaptaciones curriculares, medidas específicas y acciones dirigidas a la mejora de su adaptación escolar y académica y reducir así los efectos negativos del TDAH en relación a su aprendizaje y competencia académica (Martínez Martín, y cols., 2013).
Según Orjales Villar (1999) los focos de la intervención educativa son:
Intervención familiar
La familia es donde se recoge un impacto mayor del trastorno. Este impacto se traduce en una mala comunicación emocional, problemas de sobrecarga cognitiva y tensional, ausencia de estrategias y habilidades para responder a los comportamientos disruptivos, necesidad de apoyo psicológico... y todos estas dificultades hacen necesaria una intervención familiar para abordar los posibles focos problemáticos de la dinámica familiar (Martínez Martín y cols., 2013).
Los padres deben aceptar, comprender e implicarse de forma activa en el tratamiento del hijo afectado y deben coordinarse con los Servicios Sanitario Infanto-Juveniles y con el centro escolar y deben ser el núcleo de coordinación del resto de apoyos y servicios de atención del afectado.
Las intervenciones destinadas a trabajar con los padres y la familia de los afectados de TDAH abarcan los siguientes aspectos:
Sara Ortega Tapia, Neuropsicóloga de Fundación CADAH (2013).
Bibliografía
Martínez Martín, Mª A. y cols. (2013). Todo sobre el TDAH. Guía para la vida diaria. Avances y mejoras como labor de equipo. Madrid: Ed. Altaria
Orjales Villar, I. Déficit de Atención con Hiperactividad. "Manual para padres y educadores". (1999). Madrid: CEPE.
Soutullo, C. y Díaz, A. (2007).Manual de diagnóstico y tratamiento del. TDAH. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
Young, S., Fitzgerald, M. y Postma, M.J. (2013) Libro Blanco del TDAH. TDAH: hacer visible lo invisible.