TDAH y Actividades Circenses como herramienta pedagógica
A partir de la revisión de algunas investigaciones acerca del TDAH y la habilidad motora se puede evidenciar una relación entre el trastorno, el nivel de capacidad motora y la práctica de actividad fÃsica. Una de las conclusiones que se deriva de estos estudios es que los niños con TDAH presentan alteraciones tanto en la motricidad fina como en la gruesa. Además se ha comprobado que la actividad fÃsica repercute positivamente en diversos ámbitos, como pueden ser el emocional o el social.
Asà pues, nos encontramos la actividad circense, una vieja herramienta educativa que pretende renovarse e incluirse dentro del sistema educativo en primera instancia, como una actividad extraescolar y, en segunda como un contenido a tener en cuenta para incluirse en el currÃculo escolar dentro del área de la Educación FÃsica, trabajando de manera transversal otros contenidos.
La actividad circense, como herramienta pedagógica propicia la sensibilidad por la expresión corporal, el fomento de la cooperación, el aumento de la autoestima, el conocimiento y control del propio cuerpo (Propiocepción), el avance en la tolerancia y respeto hacia los demás, el desarrollo de la creatividad, la autosuperación y la perseverancia.
En consecuencia, no solo se trata de una actividad que puede resultar beneficiosa para el desarrollo fÃsico, sino que también puede hacer su aporte en la mejora de aspectos en los que los afectado por TDAH presentan dificultades.
Es por todo esto que el circo se presenta como una buena propuesta pedagógica integral en la que se puede obtener mejoras:
Es Juan Pablo Bonetti (2009) quien plantea tres ámbitos de trabajo en relación a una propuesta pedagógica en el circo o en otras disciplinas artÃsticas, de cara al trabajo con niños y adolescentes, entre los que se encuentran los afectados por TDAH:
Una de las formas de manifestarse de los adolescentes es a través de su energÃa corporal y esto no difiere en aquellos que tiene TDAH, las habilidades corporales tiene mucho que ver con el medio en el que se desenvuelven.
El juego ocupa un lugar preferencial en la dimensión integradora de las actividades circenses. La destreza corporal concebida como juego, jugar con los materiales (bolas, mazas, aros, etc.), jugar con el propio cuerpo y el de otros, etc.
Además la creación, con el componente indispensable de la creatividad, que fluye de niños y adolescentes con TDAH permite que ocupen un rol y un lugar diferente al cotidiano. Reciben aplausos, despiertan la admiración y todo, mientras aprenden jugando. Todo ello promueve su autoconcepto, autoestima, en definitiva, su desarrollo personal.
Todo lo expuesto a lo largo de este artÃculo, contribuye a pensar que las actividades circenses son una buena herramienta pedagógica a utilizar con niñ@s y adolescentes con TDAH
Â
Â
Â