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Información sobre el TDA - TDAH o Déficit de Atención con/sin hiperactividad en la Fundación CADAH
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¿Adolescentes y TDAH? Habilidades parentales

                    

La educación de un adolescente con TDAH puede convertirse en un verdadero reto si no responden a las recompensas y/o pérdida de privilegios o no aprender de sus errores. Esto, combinado con la presencia de impulsividad, y en ocasiones, conducta desafiante, hace del manejo de la situación parental una situación desbordante.

Seguir refuerzos positivos y negativos
Frente a conductas inadecuadas (pérdida del control, olvidos frecuentes, dificultades académicas, no escuchar...) debe recordarse que sólo con castigos no vamos a conseguir que estas conductas desaparezcan. Como padres debemos aprender a imponer consecuencias razonables ante las conductas inadecuadas y usar refuerzos positivos para mejorar las conductas adecuadas.

Fijarse en el principio y no en el final
Muchos adolescentes con TDAH se muestran enfadados ante situaciones estresantes; ante esto debemos centrarnos en el asunto principal que ha causado el `malhumor`, y de forma calmada comentar qué es lo que hay que hacer.

Las grandes d`s: democracia y disciplina positiva
El reto como padres consiste en encontrar un equilibrio entre los principios democráticos y los disciplinarios, implicando al adolescente a reconocer sus puntos débiles y sus limitaciones con la idea de que incremente sus niveles de responsabilidad.

Estimular la expresión de sentimientos
Es frecuente que los adolescentes con TDAH oculten la expresión de sus emociones y/o sentimientos porque tienen dificultad para gestionarlos y sobre todo para expresarlo. Como padres podemos estimular al adolescente a que sea consciente de sus sentimientos y que los exprese planteándose a menudo cuestiones para que trate de explicar lo que sintió en un momento determinado.

Ajustar las expectativas
Hay que amar y aceptar al adolescente con TDAH tal y como es, con todas sus virtudes y defectos. Muchas de estas virtudes, aunque a veces son molestas, pueden ayudarle a tener éxito en el camino que elija (capacidad de persuasión, energía, tenacidad, son creativos, arriesgados...); por otra parte actúan como si fueran más jóvenes de lo que son según su edad y parecen menos maduros al aceptar las responsabilidades, completar tareas, seguir órdenes o regular sus emociones.

Evitar mensajes negativos inconscientes
Muchas veces el adolescente percibe los sentimientos reales de sus padres aunque estos no se los digan a través de miradas no aprobatorias, frunciendo el ceño, o con la falta de comentarios positivos o de contacto físico.

Conocer los factores que influyen en su conducta
Situaciones en las que los adolescentes con TDAH parecen que funcionar mejor y peor.

Divertirse juntos
Es importante encontrar algo divertido para compartir con nuestros hijos (deportes, juegos de mesa, cine...) con el propósito de divertirse y construir un fuerte vínculo de confianza padres-hijo, para no centrar la relación únicamente en los aspectos escolares.

Negociar un contrato
Puede desarrollarse un contrato en el cual el adolescente y los padres definan claramente las expectativas de comportamiento y sus consecuencias positivas para la conducta adecuada y las negativas para la conducta inapropiada.

Tratar el hijo/a como un igual
En el proceso de tratamiento se le puede involucrar en las decisiones sobre la medicación, cómo se siente, si nota que le ayuda a concentrarse mejor, etc.

Negociar conductas responsables
Los privilegios que tienen los adolescentes (salir con los amigos, nuevas tecnologías...) dan a los padres enormes influencias o ventajas a la hora de retirarlos si no hace lo que se espera de él. A veces, el adolescente no consigue los objetivos a pesar de estar dando todo de sí (sobre todo con los estudios) en este caso no es adecuado, sino totalmente contraproducente regañarle o castigarle.

Ofrecerle opciones
Es mejor darle opciones frente a cosas que debe hacer antes que imponer o discutir (por ejemplo, ¿a qué hora empezarás la tareas, a las 17:00 o las 17:30?).

Poner límites y transmitir expectativas
En ocasiones, como padres imponemos ciertas normas que no son negociables, se trata de cuestiones importantes en las que los límites deben quedar fijados y expresar lo que se espera de él.

Negociar compromisos
Cuando aparecen problemas sobre horarios de estudio, hora de llegada, orden, etc., hay que hablarlo en un momento tranquilo, explicando las partes lo que piensan y buscar una solución. Hay más probabilidades de que el adolescente siga una norma o solución que él mismo ha tomado o en la que ha participado.

Continuar siendo su supervisor
El adolescente con TDAH sigue necesitando que se le revise para que complete la mayoría de su trabaja escolar. Además, los padres debemos saber dónde está, qué está haciendo y con quién. Esta supervisión deberá ajustarse a su capacidad.

Despersonalizar los problemas
Sirve de ayuda a los padres de adolescentes con TDAH dejar pasar un tiempo para tratar los problemas, y hacerlo en frío, sin culpabilizar ni perder el control.

Estimularlo
Como padres nos puede resultar más fácil y rápido hacer muchas cosas, pero es mejor que el adolescente tome tanta responsabilidad como le sea posible. El lema es `nunca hagas por tu hijo lo que pueda hacer por sí mismo`.

Asumir buenas intenciones
Se recomienda asumir que las intenciones del adolescente con TDAH son buenas (no llega tarde a propósito, ni se olvida las cosas intencionadamente, le preocupa suspender...).

Mantener una buena comunicación
Si la única comunicación que se establece con el adolescente es negativa acabará por evitar hablar con nosotros, y una vez esto ocurra, la relación se irá deteriorando progresivamente. Es importante escucharlo e intentar entender su punto de vista.


BIBLIOGRAFÍA
Miranda Casas, A., Amado Luz, L. y Jarque Fernández, S. (2001). Trastornos por déficit de atención con hiperactividad: Una guía práctica. Málaga: Aljibe.


Andrea Gómez Iglesias (2019).
Psicóloga clínica de Fundación CADAH.

 

 

 

 

 
 
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