Universidad y TDAH: ¿incompatibilidad?
Durante décadas, el TDAH ha sido considerado un trastorno cuyo padecimiento afectaba exclusivamente a la población infantil. La realidad es que se trata de un trastorno que tiene inicio en la infancia, pero que su curso es de carácter crónico, es decir, no se contempla una remisión total. Por otro lado, sabemos que su evolución es fluctuante, por lo que la sintomatología varía a lo largo de la vida de la persona. Algunos de los síntomas más recurrentes en la etapa adulta son la desorganización, dificultades de concentración, olvidos frecuentes, dificultad para acabar las tareas, un sentimiento crónico de hiperactividad y una incapacidad para planificar el futuro (APA, 2013).
Estos síntomas troncales sumados a posibles dificultades para establecer relaciones interpersonales hacen de la entrada en la universidad un verdadero reto para estos alumnos. Además, el entorno universitario requiere el desarrollo de autonomía y de habilidades eficientes de manejo del tiempo.
Por otro lado, para acceder a la universidad se requiere aprobar un examen para el cual previamente se ha tenido que cursar y aprobar el bachillerato; `un grueso importante de estudiantes con TDAH no tiene posibilidades de acceder a estudios universitarios porque fracasan en la selectividad, y eso es un impedimento funcional, además de un factor de exclusión`, según la Fundación ADANA (Beltrán, 2008).
Desde el punto de vista de la psicología y la pedagogía, todas estas dificultades y obstáculos en la vida académica de las personas con TDAH se pueden paliar con diversas estrategias que los alumnos irán adquiriendo a lo largo de su vida. Además, la coordinación familia-universidad es fundamental para evitar el fracaso académico o el abandono de estudios por parte del alumno. Evidentemente, la comunicación y relación con la universidad cobra especialmente dificultad puesto que las facultades cuentan con grandes números de alumnos y los períodos de enseñanza con un mismo docente son breves debido a los planes de estudios, lo cual no facilita la adaptación del estudiante con TDAH en la universidad. La familiarización previa del alumno con la organización de la universidad, así como de los planes de estudio y metodologías de enseñanza facilitará su adaptación al contexto universitario.
Sabemos que la incorporación de este alumnado al contexto universitario supone para ellos un gran reto al que afrontarse, pero no es incompatible.
A través del tratamiento psicológico y el apoyo familiar, el acceso a la universidad puede ser un camino mucho más llevadero, que por supuesto no servirá de nada si no hay un esfuerzo latente por parte del alumno, base principal para continuar sus estudios. El alumno con TDAH ha de aceptar y entender que podría tener mayores dificultades que el resto de sus compañeros, pero también ha de esforzarse porque esas dificultades se conviertan en motivos para alcanzar sus metas. Una buena forma de enfrentarse a ellas, puede empezar por hablar sobre `su desorden` y hacer partícipes tanto a sus compañeros como profesores de sus dificultades y obstáculos a la hora de conseguir sus objetivos. Y como ya se ha mencionado, la parte más importante en esta trayectoria es el esfuerzo y tener en cuenta que `querer es poder`.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
de Oliveira, C. T., & Dias, A. C. G. (2017). Difficulties and coping strategies of college students with ADHD symptoms. Revista Psicologia-Teoria e Prática, 19(2).
Martín, M. Á. M., & León, M. C. B. (2013). Los estudiantes con TDAH en la universidad: un colectivo a tener en cuenta. In Todo sobre el TDAH: guía para la vida diaria, avances y mejoras como labor de equipo (pp. 279-304).
Andrea Gómez Iglesias (2019).
Psicóloga Clínica de Fundación CADAH.