TDAH y trastornos del estado del ánimo
Los niños con TDAH tienen mayor riesgo de sufrir comorbilidades de este tipo junto con su trastorno durante la infancia y adolescencia, en especial problemas de ansiedad, problemas afectivos, síntomas depresivos, etc., (Biederman J., 1992).
Además existen estudios que describen comorbilidad psiquiátrica como anorexia nerviosa, desorden de ansiedad por separación, ansiedad generalizada y TDAH, con depresión mayor.
Los niños con TDAH presentan ansiedad, frustración y confusión, lo que les lleva a una falta de interés, de desmotivación y de fracaso escolar.
Los niños parten de unas creencias irracionales: "ser listo es bueno, ser tonto es malo", "los listos son capaces de resolver cualquier problema, como yo no soy capaz soy tonto". Ante la situación de resolver un problema presentando estas creencias, se genera indefensión y frustración que dan lugar a ansiedad, y por lo tanto aún se empeora más el probelma, dando lugar a círculo vicioso ("no puedo y no podré, cada vez es más difícil, cada vez soy menos capaz"). Los sentimientos que van tomando poder son los de minusvalía, impotencia y baja autoestima.
Los niños con TDAH prácticamente desde la primera infancia manifiesta un deseo intenso de agradar a los demás y de recibir aprobación social por lo que hace (necesidad de refuerzo). Al no verse cumplidas todas estas expectativas éste sufre una gran ansiedad y miedo al fracaso, por lo que no se les debe permitir establecer objetivos a medio y largo plazo sino intentar que vayan consiguiéndolos y planteándolos progresivamente, de modo que, al ir viendo que pueden aprender y mejorar y ser aceptados, su autoconcepto mejora y su autoestima aumenta.
Por otro lado, la familia puede representar un factor protector para posibles dificultades de aprendizaje en los niños, pero también puede ser un factor de interferencia para el aprendizaje de éstos. Los padres cuyos intereses y preocupaciones están determinados por trabajos absorbentes, interfieren negativamente en el desarrollo de estos niños. Si los niños son muy capaces, probablemente esta situación no les afecte y por el contrario, incluso estimule su autonomía, pero si los niños requieres apoyo adicional para rendir de acuerdo a lo que se espera de ellos y no lo encuentran en sus padres, les marcará el comienzo de dificultades escolares, fracasos, etc.
BIBLIOGRAFÍA
American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (DSM-5), Washington, D.C.: American Psychiatric Association.