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TDAH y método Montessori

Han sido muchas las familias que nos han preguntado y se han interesado por el método Montessori y como podía o no ser beneficioso para sus hijos con TDAH.

Método Montessori.

El método Montessori es un método educativo que fue diseñado por María Montessori. Se basa principalmente en la observación objetiva del comportamiento del niño con los materiales que se le proporcionan para su diseño. Este método otorga al niño la libertad necesaria para que se produzca su desarrollo en las condiciones más naturales posibles, de forma que pueda alcanzar la independencia y el autocontrol necesario para un aprendizaje continuo, gradual y adaptado a su evolución personal. Un aspecto clave del método es lo que María llamaba `ambiente preparado`, en el cual el niño toma las riendas de su aprendizaje, lo que le permite lograr un buen autoconcepto y autoestima a la vez que va desarrollando su autonomía.

El `ambiente preparado` consta de tres aspectos fundamentales: la guía, el niño y el material. El ambiente debe ser acorde a las características físicas del niño y propicio para la motivación y realización de actividades de desarrollo. Evidentemente, el que esté diseñado según las características del niño significa que el mobiliario con el que se cuente sea adecuado a la estatura del niño, que en él pueda desarrollarse e ir adquiriendo independencia gradualmente.

Otra característica del método es que apoya el razonamiento de que con el `orden externo` se forma el `orden interno`, por ello todo en este ambiente tiene su lugar lógico y específico y debe ser puesto en el mismo lugar una vez usado. De esta forma fomentamos el orden y se le permite al niño adquirir responsabilidades cotidianamente.

                        TDAH Y MÉTODO MONTESSORI

La guía, otro de los aspecto fundamentales del `ambiente preparado`, desempeña la función de construir un ambiente vivo, en el que los objetos que estén representen concretamente las cosas de debemos aprender. El papel fundamental que desempeña es el de modelo: muestra el material, de una manera cuidadosa, tranquila y ordenada de manera que transmita serenidad, comprensión, etc. El fin es que el niño actúe de la misma manera.

El niño tiene la necesidad de aprender, y que él no puede fingir su ritmo de aprendizaje, sino que este es natural e involuntario, por lo que se le puede frustrar si intentamos acelerarlo o ralentizarlo, por eso el aprendizaje en si depende del ritmo del niño, no viene preestablecido por una etapa marcada. Cuando respetamos su ritmo, no generamos competencia entre el grupo de iguales, de niños, y desarrollamos la ayuda entre grupos de diferentes edades. El hecho de que el niño aprenda por sí mismo le genera una situación de satisfacción interna que le motiva y alienta.

La libertad de aprendizaje de la que hablamos se consigue en parte gracias a las características del material sensorial y manipulativo que creó María Montessori, además de la organización espacial de la que hemos hablado en la que cada objeto tiene su lugar determinado y debe colocarse en él después de su uso., de forma que relacionamos el orden de las cosas y la responsabilidad de la situación ambiental.

Las presentaciones de los aprendizajes se hacen habitualmente con material manipulativo, aunque para determinados aprendizajes se llevan a cabo tareas cotidianas de la vida diaria: poner la mesa, cuidar las plantas, etc. La mayoría del material proporciona al niño autocorrección sobre sus propios errores, sin necesidad de que el guía lleve a cabo una corrección externa. Esto, evidentemente, favorece la motivación interna del niño, ya que es él mismo el que se hace consciente de sus errores y no busca lla aceptación ni el agrado de nadie externo, el guía, por ejemplo.

Intervención.

A continuación vamos a ver de qué manera podemos ajustar el método Montessori a las diferentes dificultades que suelen presentarlos niños con TDAH.

  • Relacionadas con la falta de autocontrol y la impulsividad.
  • Se levantan con frecuencia.
  • Molestan o interrumpen a los compañeros.
  • Corre por el centro escolar.
  • No termina la tarea propuesta.
  • Presentan dificultades a la hora de consolidar aprendizajes que sean más teóricos que experimentales.
  • Relacionadas con la atención y la memoria de trabajo.
  • Parece no escuchar.
  • Problemas para mantener la atención.
  • Distracción.
  • Errores académicos por falta de atención.
  • Dificultad para consolidar aprendizajes.
  • Relacionadas con la tolerancia a la frustración y el deseo de reconocimiento.
  • Temor al fracaso.
  • Dependencia emocional.
  • Dificultad para automotivarse.
  • Dificultad para analizar los propios sentimientos.
  • Relacionadas con la capacidad organizativa y de la planificación.
  • Olvida tareas, material escolar y fechas de exámenes.
  • Desorganización de su mesa.
  • No respeta márgenes y espacios.
  • Olvida preguntas en los exámenes.
  • Pobres habilidades organizativas.
  • Relacionadas con los compañeros.
  • Se enfadan debido a la baja tolerancia a la frustración.
  • Dificultad para acatar normas.

En el método Montessori, el trabajo habitual se realiza en el suelo, por lo que exige un movimiento de base en el trabajo, fuente para dar salida al movimiento involuntario de los niños con TDAH. El hecho de que de manera habitual cada niño desarrolle un trabajo diferente pero al mismo tiempo, favorece que no exista la competencia entre ellos, por lo que se reduce la ansiedad de base. Las explicaciones sobre la tarea son cortas, y el guía emplea en ellas el material manipulativo, por lo que el niño está `obligado` a mantener el contacto visual por lo que se reducen los estímulos distractores. Al no existir un tempo limitado para la ejecución de la tarea, el niño no siente la presión respecto a sus compañeros y se siente realizado por sí mismo, puesto que va viendo como poco a poco va ganando agilidad en la ejecución de las tareas, mejorando sus propios tiempos y reduciendo los errores. Finalmente, como todo el material es manipulativo, los aprendizajes son experimentales y por consiguiente significativos.

Desde pequeños están acostumbrados a realizar valoraciones objetivas de sus trabajos y de sus actos, no recibiendo las críticas o alabanzas de los adultos, por lo que ese sistema lleva intrínseco la automotivación y el control de las emociones y de la frustración ya que e objetivo que se persigue es el de desarrollar la voluntad y la crítica personal siendo ellos los únicos que deben evaluar qué deben cambiar para sentirse realizados y satisfechos. Poco a poco van alcanzando ese estado de seguridad, lo que favorece poco a poco que sean niños más autónomos e independientes, lo que va de la mano de ser objetivos y empáticos con el medio social en el que viven.

En lo referente al ambiente, como en el método Montessori hay un espacio determinado para cada elemento, se está favoreciendo la organización y planificación del espacio así como la pertenencia comunitaria, ya que ningún material es personal.


Rocío Meca Martínez.

Especialista en Pedagogía Terapéutica de Fundación CADAH.

 

Bibliografía.

Navarro, J; Fernández, Mª Tª; Soto, F.J. y Tortosa F. (Coords.) (2012) Respuestas flexibles en contextos educativos diversos. Murcia: Consejería de Educación, Formación y Empleo.

 
 
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