TDAH y beneficios de las relaciones con animales
El TDAH es un trastorno de origen neurobiológico y multicasual, por lo que no podemos atribuir su aparición a un único aspecto. El tipo de tratamiento que más beneficios ha demostrado para los niños con TDAH es una combinación de farmacología, psicología y psicopedagogía, lo que se conoce como enfoque multimodal.
En otras ocasiones hemos revisado el tipo de intervenciones que se llevan a cabo con los niños y los objetivos que se persiguen, por ello hoy vamos a centrar la atención en algunos de esos aspectos que siempre resultan relevantes e importantes en el trabajo diario: autoestima, autonomía, responsabilidad, impulsividad, atención, HHSS, etc.
Serpell (2003) defendía que `Los animales pueden inducir un estado de relajación inmediata, psicológicamente tranquilizador, por el simple hecho de atraer y mantener nuestra atención (Katcher et al., 1983)`.
Evidentemente, el hecho de que el niño desconozca como puede o no actuar o reaccionar el perro, va a provocar que deban mejorar sus niveles de atención a la vez que se va desarrollando la actividad, ya que las reacciones que presente el perro van a resultar llamativas y atrayentes para el niño en la mayoría de los casos.
¿Qué aspectos podemos entrenar y trabajar contando con la presencia de animales en sesiones de atención psicopedagógica?
Katcher y Wilkins (2003) dicen: `Los niños TDAH y con trastornos de conducta tienden a hacer atribuciones negativas acerca de sus compañeros, sus padres y los adultos, proyectando hostilidad y justificando su propio comportamiento agresivo. La gente relacionada con los animales es percibida de forma positiva, y al introducir los animales en la terapia existe una mayor interacción positiva entre el paciente y el terapeuta`.
A nivel de terapia observamos los múltiples beneficios que pueden tener cuando esta es asistida con animales de forma puntual pero, ¿cómo podemos contribuir al desarrollo de todos estos aspectos del niño con TDAH desde el hogar y con animales?
Evidentemente, debe ser algo progresivo, de manera que el niño vaya adquiriendo responsabilidades poco a poco y pueda ir siendo capaz de cuidar a diferentes animales.
Lo más recomendable es comenzar con animales pequeños, de fácil cuidado, para que el niño vaya observando que puede responsabilizarse de él y llevar a cabo de manera satisfactoria las tareas que sobre ese animal se le han asignado. Con ello, mejorará su autoestima, al verse capaz de poder hacerlo bien y ser recompensado por ello.
Por ello, podría empezarse con un pez, por ejemplo, porque hay tareas que puede realizar él solo (autonomía) y otras en las que como padres podemos realizar conjuntamente y trabajar de esa manera a través del modelado. Por ejemplo, el niño puede ser el responsable de alimentarlo mientras que cuando es preciso cambiar el agua, será una tarea que realizaremos conjuntamente.
Es cierto que en estos casos, con animales de este tipo, las interacciones sociales son prácticamente inexistentes, pero en cambio estamos trabajando otros aspectos que serán indudablemente necesarios para poder responsabilizarse de otro tipo de animales que requieran más cuidados.
Es una decisión que no se puede tomar a la ligera, puesto que es una responsabilidad para la familia contar con un animal al que cuidar, por ello debemos plantear las posibles situaciones muy detenidamente y hacer, por extensión, responsable al niño también.
Rocío Meca Martínez.
Especialista en Pedagogía Terapéutica de Fundación CADAH.
Bibliografía.
Fine A. H. (2003): Manual de Terapia Asistida por Animales. Fundación Affinity.
Levinson, B.M (2.006): Psicoterapia Infantil Asistida por Animales. Fundación Affinity.
http://argos.portalveterinaria.com/noticia/4212/Articulos-archivo/Terapia-asistida-con-animales-en-ninos-con-trastornos-de-deficit-de-atencion-e-hiperactividad.html