TDAH: padres en desacuerdo con la evaluación y la sospecha diagnóstica
Articulo realizado por: Carlos E. Orellana Ayala (Neuropediatra)
Las autoridades escolares y los profesionales tratantes pueden toparse con una situación que dificulta, de manera significativa, el diagnóstico y abordaje de pacientes con TDAH: el desacuerdo de los padres. Es importante analizar la diversidad de factores que puedan estar involucrados por dos razones: para aprender y evitarlos en oportunidades futuras, para ayudar a los padres a solventar las dificultades que ellos observan.
Poca investigación se ha realizado en relación al desacuerdo de los padres con la evaluación, el diagnóstico y la intervención. En el esquema que anoto a continuación resumimos algunos de los motivos que con mayor frecuencia considero pueden verse relacionados, analizaremos este tema desde la perspectiva de un centro escolar y no de un consultorio (médico, psicológico, psicopedagógico, etc.)
Para la escuela un niño con TDAH impone ciertas demandas que requieren ser cumplidas, dentro de la medida de lo posible (e incluso más allá de ello). Explorar las razones de dificultades académicas, sociales y conductuales observadas es prioritario para la implementación de esos apoyos que el estudiante requiere; disponer de diagnóstico o de un perfil de funcionamiento general es de gran ayuda para ese propósito y por ello la escuela recurre a consultas con profesionales de distintas áreas a fin de contar con datos que orienten el proceso de intervención dentro de la escuela. Adicionalmente algunas formas (formularios) escolares para la gestión de acomodaciones, adecuaciones curriculares, profesores adicionales u otro tipo de apoyo requieren de la anotación de un diagnóstico o diagnóstico codificado.
LA COMUNICACIÓN INICIAL ES DETERMINANTE
Toda información que pueda ser percibida como desestabilizadora o que implique replantear la vida familiar presente o futura, entra dentro del concepto de `mala noticia`. Aunque el nombre no es muy afortunado y es una traducción literal del inglés, si nos sirve para orientarnos en el proceso de comunicar la información de manera apropiada para evitar afectar a los padres y el equilibrio o la dinámica interna de sus familias.
Cuando comunicamos la necesidad de evaluar a un estudiante de nuestra institución educativa por la sospecha diagnóstica de TDAH, podemos toparnos con las siguientes situaciones:
1. Los padres ya lo sospechaban pero de todas formas les pone intranquilos
2. Los padres no lo sospechaban en absoluto y les toma por sorpresa
3. Los padres observaban algunas conductas pero no sospechaban el TDAH, la información les ayuda a organizar sus ideas y pensamientos
4. Los padres ya lo sabían porque tenían un diagnóstico previo que habían mantenido en secreto para la escuela
5. Otras
Con cualquiera de las posibilidades en las que se ubiquen los padres de familia la forma en la que se comunique la información es determinante para que se forme el equipo de trabajo, se adhieran a las recomendaciones y se ayude a su hijo a salir adelante. La negativa de los padres al diagnóstico, a la evaluación y al abordaje muchas veces es la reacción natural y lógica a información proporcionada de manera no empática, poco documentada o ambigua.
¿Cómo preparar el ambiente para que la comunicación sea efectiva? El esquema que anoto muestra, de manera muy general, el proceso de proporcionar la información:
La escuela no es la encargada de formular diagnósticos concretos, esto no suele ser bien recibido por muchos padres incluso cuando la institución dispone de psicólogos o psicopedagogos dentro de su personal. Es mejor aportar información y que el diagnóstico sea formulado por un profesional externo.
EL ACUERDO ENTRE ADULTOS ES PARTE DEL ÉXITO
Los más perjudicados por la falta de comunicación o comunicación inadecuada entre adultos (padres, profesores y autoridades escolares) son los estudiantes. Los padres, por lo general, estarán de acuerdo cuando lo que se evidencia es interés real de ayudar a sus hijos y apoyarles a ellos en la tarea educativa. En realidad son los padres los primeros responsables de la educación de sus hijos, la escuela es subsidiaria en esto.
Los padres bien informados se convierten en los primeros interesados en colaborar con el proceso de evaluación y diagnóstico. Pero no podemos dejar de tomar en cuenta que puede ser difícil de asimilar para ellos y necesiten tiempo de acompañamiento, ayudarles a resolver sus temores, dudas o preocupaciones.
Cuando se logra el acuerdo entre adultos y cada uno asume el papel que le corresponde desempeñar en este proceso, el asunto está bien encaminado. Los beneficios para el estudiante comenzarán a sentirse desde ese momento.
EVITAR LOS MAESTROS NEGATIVOS
Hay maestros dedicados, optimistas, que siempre encuentran la solución a cualquier conflicto o dificultad que se presente. Desafortunadamente también existen los maestros que de todo se quejan, poco creativos, sin iniciativa o poco dispuestos a esforzarse un poco más; estos profesores deben ser evitados como fuente de información. El impacto del profesor negativo es muy perjudicial en este proceso y en cualquier proceso de la escuela, este tipo de profesores son los menos pero hacen mucho ruido, la mayoría de profesores realiza un trabajo ejemplar que impacto positivamente en sus estudiantes.
Los profesionales que se hacen cargo de la evaluación y diagnóstico suelen enviar formularios, test, cuestionarios, etc. estos es conveniente que sean completados por profesores muy objetivos, que conozcan bien al estudiante e interactúen con él preferentemente a diario, mucho mejor si se hace un balance entre los profesores de las asignaturas en las que el rendimiento es más bajo y los profesores en cuyas asignaturas el estudiante tiene mejor rendimiento.
¿Y SI LOS PADRES PERMANECEN ABIERTAMENTE OPUESTOS A EVALUARLE?
En este caso debe mantenerse la cordialidad de la comunicación pero entregarles una copia del informe que se trasladará a autoridades superiores a fin de tener registro del intercambio de información. Hacer del conocimiento de los padres las dificultades que se están observando y los límites que tienen los apoyos que internamente se pueden ofrecer. En algunos países la gestión de acomodaciones y adecuaciones curriculares oficiales queda sujeta a un diagnóstico, si este no se dispone entonces estas ayudas no pueden implementarse de manera oficial.
Por difícil que resulte para la autoridad escolar y los profesores, la decisión de los padres merece nuestro respeto, la oferta de apoyo debe mantenerse abierta siempre.
Las probabilidades que los padres se nieguen a aceptar las sugerencias del Centro Escolar se minimizan cuando la información se comparte de manera apropiada y el interés de ayudar al estudiante es genuino.