Superdotación intelectual y TDAH
Los alumnos superdotados al igual que los demás niños pueden sufrir distintos trastornos que les impida un adecuado rendimiento académico y un desarrollo social y emocional ajustado. El desequilibrio interno y social del niño superdotado puede ser fuente de problemas, lo que no quiere decir que deba considerarse en sí como anormal. Sin embargo, sí puede suscitar la aparición de conductas más patológicas: los niños superdotados parecen estar sobrerrepresentados en la población de niños con problemas. Los síntomas más frecuentemente encontrados son la inestabilidad y el paradójico fracaso escolar (Ajuriaguerra y Marcelli, 1987).
El niño superdotado que muestra Trastornos por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) puede ser considerado dentro del grupo de alumnado de Alta Capacidad conocido como `doblemente excepcional`. Esta población se caracteriza por presentar una Superdotación Intelectual combinada con otro fenómeno que, en alguna medida, resulta contrario, incongruente o negativo para el desarrollo de ese potencial de aprendizaje.
CARACTERISTICAS DEL SUPERDOTADO CON TDAH
El alumno superdotado que presenta Trastornos con Déficit de Atención e Hiperactividad muestra unos rasgos peculiares que promueven una problemática asociada más compleja que la de un alumno de Alta Capacidad o con TDAH.
Habitualmente, estos alumnos mostrarán un rendimiento académico muy por debajo de su potencial de aprendizaje, característica que aunque también puede encontrarse en la población de alumnos TDAH, se presenta en los primeros con mayor crudeza y notoriedad.
Además pueden observarse problemas en el ámbito social ya que como sabemos un alumno con TDAH presenta una serie importante de problemas sociales con consecuencias graves para su proceso de integración en el grupo-clase, en la sociedad en general e, incluso, en el ámbito familiar. Pero a esta situación se suma además el handicap derivado de la expectativa de logro que sobre él se genera (principalmente los adultos) por su condición de superdotado; es decir, se espera que su comportamiento se ajuste más al de un niño de alta capacidad que al de un estudiante con TDAH, olvidando así las necesidades que su condición presupone tanto en el ámbito externo (contexto) como interno (desarrollo individual). Este fenómeno puede no darse en aquellos casos en que, a causa de la Hiperactividad e Inatención, la Superdotación no haya sido diagnosticada.
Pero los alumnos superdotados con TDAH también presentan ventajas. Una de ellas, sería la posibilidad que muestran para controlar con menos esfuerzo y más eficacia su atención ante estímulos que les motivan y constituyen un área de su interés. Así, mientras para el alumno con Hiperactividad y Déficit en la Atención supone un gran esfuerzo el lograr concentrarse de forma continuada y productiva, el alumno superdotado TDAH manifiesta una tendencia más definida para centrarse en estímulos que lo motivan durante un tiempo considerable y de manera productiva, es decir, esa atención va además acompañada de una mayor y mejor comprensión.
EVALUACIÓN E IDENTIFICACIÓN
La problemática principal generada cuando abordamos la existencia y situación de alumnos doblemente excepcionales caracterizados por la combinación simultánea de Superdotación Intelectual y Trastornos con Déficit de Atención e Hiperactividad es el estar totalmente seguros de que los síntomas asociados al TDAH que el alumno presenta suponen realmente un trastorno de esta gravedad y no son simplemente fruto de su Alta Capacidad.
La clave para distinguir entre los dos grupos es la perseverancia de los comportamientos `externos`. Si la actuación es específica a ciertas situaciones, el comportamiento del niño es más probable que sea debido a su superdotación; mientras, que si el comportamiento es consistente a todas las situaciones, el comportamiento del niño es más probable ser debido a TDAH. También es posible que un niño presente ambas condiciones (Willard-Holt, 1999).
Por otro lado el diagnóstico de TDAH también se ve afectado por la superdotación. Silverman (1998) apreció que algunos profesionales asumen erróneamente que el niño que demuestra atención sostenida, como suele ser el caso de los niños superdotados cuando realizan una actividad que les interesa mucho, no pueden tener TDAH. La condición de una atención fija, puede también describirse como `hiperfoco`, el cual los sujetos con TDAH frecuentemente experimentan (Hallowell y Ratey, 1994; Kaufmann, Kalbfleisch y Castellanos, 2000).
Las actividades que son continuamente reforzadas y las automáticas, tales como juegos de video u ordenador o la lectura por placer, no diferencian a los niños con TDAH, por cuanto realizan tareas sin esfuerzo (Borcherding y otros, 1988; Douglas y Parry, 1994; Wigal y otros, 1998). Por la naturaleza de la superdotación, el rango de tareas que son percibidas como `sin esfuerzo` es más amplio para los niños superdotados. Sin embargo, el TDAH no se caracteriza por una incapacidad para mantener la atención, sino más por la incapacidad de regular apropiadamente la aplicación de la atención en las tareas que no son intrínsecamente reforzantes y/o requieren esfuerzo.
Son muchos los autores que nos aportan datos diversos sobre las características que más habitualmente muestran los alumnos superdotados bien sean estas positivas o negativas (Terrassier, 1990; Whitmore, 1980; Yewchuk, 1998). Si realizamos un análisis de las mismas podemos ver que algunas de ellas están en un límite difuso que puede llevar a confundirlas con los rasgos del TDAH. Principalmente, encontraremos estas similitudes cuando analicemos el comportamiento del alumno superdotado a la hora de enfrentarse a unas normas sociales y cuando esté inmerso en el proceso sistematizado del aprendizaje académico. Sin embargo, efectivamente existen casos en los que un alumno con una Alta Capacidad puede mostrar Trastornos por Déficit de Atención e Hiperactividad con una etiología neurológica y ambiental significativas (Baum, 1998).
El aceptar que un niño puede ser a la vez superdotado y tener TDAH, y el explorar como estas condiciones interactúan en cada individuo, será la manera más productiva de enfocar su enseñanza adecuadamente.
BIBLIOGRAFIA
Pardo de Santayana Sanz, R. (2002). Superdotación intelectual y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). FAISCA. Revista de Altas Capacidades Vol. 9 (126-135)
Benito, Y. (1999). Superdotación, Talento y Trastornos Asociados: Trastornos de Aprendizaje y TDAH.