Señales de sospecha de TDAH para el profesorado
Para sospechar sobre la evidencia de un posible caso de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), los síntomas deben presentarse en dos o más ambientes en los que se desenvuelve el niño, por ejemplo en casa y en el colegio. Además, deben interferir en el funcionamiento normal del niño al menos durante seis meses y deben presentarse con una intensidad mayor que lo que lo hacen en niños de su grupo de referencia y siempre antes de los 7 años.
Podemos encontrar tres tipos diferenciados de posibles casos de TDAH en el aula, dependiendo de las características que presenten:
Por un lado encontramos los alumnos que manifiestan una conducta predominantemente inatenta, que es cuando nos referimos al trastorno con predominio de inatención. Serán síntomas de estos niños:
Por otro lado encontramos a los alumnos que presentan una conducta predominantemente hiperactiva e impulsiva.
Por último, podemos encontrar niños que presentan los dos grupos de síntomas, lo que llamamos subtipo combinado.
Comorbilidad con TOD (trastorno negativista desafiante)
Comorbilidad con conductas agresivas, ya sean proactivas (planificadas, deliberadas y dirigidas a obtener un beneficio) o reactivas ( son conductas agresivas defensivas, de carácter más impulsivo que se producen en respuesta, casi siempre desmedida, a lo que el niño ha interpretado como una provocación o ataque hacia él)
Comorbilidad con trastornos del estado de ánimo, como depresión o ansiedad.
Comorbilidad con trastornos del aprendizaje (cálculo, escritura y lectura).
¿Qué errores nos pueden hacer sospechar? Además de encontrarnos con una producción verbal espontánea excesiva, alta producción y ejecución de tareas que requieran de organización y planificación, dificultad para cambiar de tema y problemas de expresión verbal y escrita, podemos observar determinados errores bien diferenciados por áreas, como veremos a continuación.
Además de todo esto, su impulsividad les hace experimentar respuestas inmediatas a los problemas, antes incluso de haberlos leído, por lo que no son capaces de aplicar una estrategia de resolución de problemas adecuada, ordenada y organizada para su resolución. También acostumbran a emplear la contabilidad tangible en sus operaciones (dedos, marcas, etc.) y presentan dificultad en la abstracción de los conceptos matemáticos. De manera habitual aparecen gran cantidad de tachones y borrenes en sus cuadernos.
Hemos visto algunas causas que nos pueden hacer sospechar de contar en nuestras aulas con algún caso de TDAH, pero sin lugar a dudas, la mejor manera de identificarlos es la formación y la comunicación con las familias. Como dijimos, deben darse los síntomas en dos o más ambientes, y aquí nos hemos centrado en lo que ocurre en el aula, pero por supuesto deberemos comprobar qué tal es el funcionamiento en casa, que tipo de dificultades específicas presenta allí y de esta manera comprobar la compatibilidad con nuestra sospecha.
Rocío Meca Martínez.
Especialista en Pedagogía Terapéutica de Fundación CADAH.
BIBLIOGRAFÍA
TDAH en el aula: Guía para docentes. Fundación CADAH.