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El programa de intervención educativa PIAAR-R de Bernardo Gargallo López es una versión renovada del programa PIAAR diseñado por el mismo autor en 1993. Con una buena fundamentación científica, este programa ha sido diseñado para aplicarlo de manera colectiva, preferentemente en el ámbito escolar con el fin de mejorar la reflexividad y la atención en la ejecución de tareas.

Este programa está dividido en dos niveles:

• Nivel 1: dirigido a niños de 7 a 11 años.
• Nivel 2: para niños de 12 a 14 años, con posibilidad de aplicación desde los 9 años.

El PIAAR-1 se divide en 25 sesiones y el PIAAR- 2 en 30, cuya duración varía entre los 20 y 30 minutos dependiendo si se trata del nivel 1 de intervención o del nivel 2 respectivamente.

El objetivo de ambos programas se centra en el entrenamiento para la mejora de dos variables implicadas en el estilo cognitivo reflexividad- impulsividad: la latencia y la exactitud en la ejecución.

Las sesiones de trabajo incluyen el entrenamiento en diversas técnicas de intervención:

1. Demora reforzada: consiste en aumentar el tiempo de reflexión obligando a los niños a tomarse un tiempo antes de dar una respuesta.

2. Enseñanza de estrategias cognitivas adecuadas de análisis de detalles (scanning).

3. Autoinstrucciones: enseñanza de estrategias de autocontrol verbal por medio del habla interna. Para ello, se utilizan:

- Modelado cognitivo.

- Guía externa y manifiesta.

- Auto- guía manifiesta.

- Auto- guía manifiesta atenuada.

- Autoinstrucción encubierta.

Utilizando este esquema de entrenamiento enseña a los niños un método de resolución de problemas basado en la utilización de las autoinstrucciones. Para los niños de 12 a 14 años fueron:

1. Identificación del problema y toma de conciencia de qué se trata: ¿Qué es lo que tengo que hacer?
2. Centrado de la atención y guía de respuesta: Bien, detente ahora y repite las instrucciones.
3. Habilidades de dominio de autoevaluación y autorrefuerzo: Bien, lo estoy haciendo bien.
4. No descentrarse de la tarea y corrección de errores, en caso de que se produzcan: Está bien hecho y, si me equivoco, puedo hacerlo más despacio, corregirlo de todos modos tengo que repasarlo por si acaso.

 Para el grupo de niños de 7 años, las autoinstrucciones se simplificaron y se apoyaron en dibujos:

1. Atención ¿Qué es lo que tengo que hacer? Escucho.
2. Leo atentamente y me fijo mucho. Pienso. Hago un plan.
3. Respondo. Hago el ejercicio. Lo hago con cuidado. Puedo hacerlo bien.
4. Repaso el dibujo, lo corrijo.
5. Lo conseguí. Soy bueno en esto.

4. Entrenamiento en solución de problemas sencillos para la vida cotidiana.

5. Modelado participativo por parte del terapeuta de las estrategias de solución de problemas utilizadas.

6. Reforzadores. Se utilizaron reforzadores sociales, un sistema de puntos canjeables por premios por la ejecución correcta de cada actividad y, con el grupo de mayores, coste de respuesta.

Este es uno de los programas que se pueden llevar a cabo en el centro educativo para dar respuesta a las necesidades del alumnado con TDAH y con él trabajaremos diversas funciones; autocontrol a través del habla interna, capacidad para demorar respuesta, atención y capacidad de analizar cuidadosamente los detalles. Todo ello favorecerá sin duda al ámbito personal, social y académico del alumno.

                                                       Noelia Gutiérrez, Psicopedagoga de Fundación CADAH (2018). 

BIBLIOGRAFÍA

Gargallo, B. (1997). PIAAR-R niveles 1 y 2. Programa de intervención para aumentar la atención y la reflexividad. Madrid: TEA.