¿Por qué es necesario implantar lÃmites para modificar la conducta de nuestros hijos/as?
La inflexibilidad en el TDAH supone, especialmente para los padres, una gran dificultad en el establecimiento de hábitos de conducta cotidianos. Las familias refieren a menudo que deben repetir las consignas cotidianas (ir a cenar, ir al baño, empezar con los deberes…) un sinfín de veces, y que la dificultad aumenta cuando sus hijos deben interrumpir una tarea atractiva para ellos. El hecho de forzar la brusca interrupción de un juego puede significar un conflicto importante en casa.
Los conflictos aparecen también en la escuela en los momentos de cambios de actividad: cambio de clase, salida al patio, entrada al comedor… De nuevo nos encontramos que en el TDAH se produce la persistencia de patrones de conducta impropios de la edad pero normales en un niño más pequeño. Digamos que es posible que lo vean todo blanco o negro. Poco a poco, con el desarrollo de las funciones ejecutivas, van aprendiendo que el gris existe y que, si deja algo que le gusta para hacer otra tarea, puede reanudarlo posteriormente.
¿Por qué es necesario implantar límites?
La capacidad de adaptación se desarrolla más lentamente en el niño con TDAH. En mayor o menor grado la inflexibilidad seguirá siendo una característica durante toda la vida de la persona con TDAH. Por lo tanto, los límites son una anticipación de lo que va a pasar o lo que vamos a pedirle al cabo de un rato, lo que facilitará el funcionamiento cotidiano del niño con TDAH.
Implantar normas crea personas más sanas física y psicológicamente, y construir límites es como construir paredes, cada vez que aplicamos una consecuencia es como si pusiéramos un ladrillo en la pared. Cuando finalmente tengamos el límite o la pared bien construida, sí podremos decir que por allí no se escapará el agua. Además, tendremos que aplicar la multa unas cuantas veces y con tranquilidad, porque si nos enfadamos, nos ponemos nerviosos y acabamos gritando, es como si arrancáramos la pared de cuajo y el límite desaparecerá.
No será fácil, de hecho es probable que sea bastante difícil buscar unas normas y buscar un compromiso, porque esta guerra está encendida desde hace tiempo. Ahora bien, es cuestión de que en la medida que podáis, empecéis por algo, con pocas cosas, con lo que creáis que es más importante... Que su hijo/a vaya viviendo que en casa hay un cambio de actitud y que tiene un equipo en frente de él, pero no un ejército que le tira bombas.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que las normas son para los dos equipos: si le pedimos que él no grite, nosotros tampoco gritaremos... si le decimos que no insulte, nosotros tampoco insultaremos...
En resumen y con pocas palabras, se trata de establecer normas claras y sobretodo, prácticas y practicadas por todos.
Noelia Gutiérrez. Psicopedagoga de Fundación CADAH (2018)
Bibliografía
Orjales, I. y Polaino, A. (2006). Programa cognitivo- conductual para niños con déficit de atención con hiperactividad. Madrid: CEPE.
Sans Fitó, A. (2008). ¿Por qué me cuesta tanto aprender? Barcelona: EDEBÉ.
Timoneda, C. (2015). Orientando la orientación. Girona: Documenta Universitaria.