Una de las situaciones complejas dentro de las rutinas diarias con los niños hiperactivos surge por las mañanas antes de ir al colegio. Basándonos en una de las dificultades propias del TDA-H ( la disfunción ejecutiva).
Esta situación requiere un alto grado de funcionamiento ejecutivo, un tiempo limitado donde es necesario estar muy pendiente del tiempo, hay que realizar varias actividades que necesitan un alto grado de estructura, organización y secuenciación: preparar la mochila, asearse, vestirse, recoger el cuarto, desayunar, etc. No hay cabida para las distracciones puesto que para vestirse es importante ponerse las prendas en un orden determinado y no olvidarse ninguna y además realizarlo a un ritmo adecuado. Las tareas de aseo son varias, hay que hacerlas en un orden cada una de ellas, secuenciadas de una determinada manera, etc. Por lo que todas estas actividades suponen un reto para muchos padres con niños hiperactivos.
Cuando hablamos de rutinas y hábitos hablamos de automatización de conductas, los niños hiperactivos tienen mucha dificultad para automatizar las conductas, y eso tiene que ver con el retraso en el desarrollo del lenguaje interno.
El lenguaje interno es la guía interna que regula la conducta humana y que nos permite, entre otras cosas, poder realizar tareas complejas que requieren varios pasos. La automatización de conductas nos permite realizar dichas tareas con un alto grado de eficacia y un mínimo "desgaste". Cuando llevamos un tiempo realizando un mismo hábito o actividad cotidiana, llegamos a automatizarla por la repetición ordenada de esa cadena de conductas y ya no ocupa espacio en nuestra mente, de tal manera que mientras realizamos una actividad somos capaces de realizar otra de manera simultánea. Nuestra tarea más importante si queremos que el niño coopere con nosotros a la hora de realizar las rutinas por las mañanas antes de ir al colegio es implicarlo en ellas, de modo que se convierta en un ritual. Podemos seguir las siguientes recomendaciones:
- El descanso para los niños es esencial: si tienes que despertar a tus hijos por la mañana, significa que no están durmiendo lo suficiente. Es necesario el descanso para que los niños puedan afrontar el día con energía.
- El descanso para los padres es importante: La rutina de las mañana exige infinita creatividad y energía por parte de los padres. Vuestros hijos dependen de que vosotros empecéis el día con el "depósito lleno". No hay manera posible de ser paciente si estáis exhaustos.
- Conseguid tiempo extra: Levantaros antes que vuestros hijos para estar ya vestidos y centrados emocionalmente antes de interactuar con ellos. Planificad llegar rutinariamente al trabajo unos minutos antes de vuestra hora de entrada. La mitad de las veces no lo conseguiréis, pero tampoco os enfadaréis con vuestros hijos porque no estaréis llegando tarde. La otra mitad del tiempo, estaréis más relajados al empezar vuestro día y por tanto seréis más eficaces en el trabajo.
- Preparad todo la noche anterior: Mochilas, almuerzos, ropa preparada, cafetera lista, desayuno planificado. Implicad también a los niños la noche anterior para que elijan su ropa y preparen la mochila del día siguiente.
- Asegúrate de tener cinco minutos de mimos relajados con cada niño mientras se despiertan: Este tiempo conectando con vuestro hijo transformará vuestra mañana. Llenad positivamente el "depósito emocional" de vuestro hijo antes de que comience el día, lo cual le dará la motivación necesaria para cooperar con vosotros en vez de enfrentarse y negarse a hacer las tareas. Afortunadamente, cuando convertimos esta conexión en nuestra prioridad, todo lo demás resulta un poco más fácil.
- Usad rutinas para hacer que las transiciones sean más fáciles: A los niños les cuestan los cambios y la mañana está llena de ellos. Así que si sacarles de la cama es todo un desafío, haced que sea una rutina el bajar las escaleras de la casa cogidos de la mano haciéndoos mimos, y convertid esto en un tiempo de especial conexión con vuestro hijo durante el cual los dos os contéis algo por lo que estéis agradecidos, o algo que os gustaría que pasase durante el día.
- Daros cuenta de que los niños necesitan vuestra ayuda para avanzar en sus rutinas: Si vuestra meta es que vuestro hijo tenga un buen comienzo del día, entonces tenéis que daros cuenta de que vuestro trabajo es ayudarle a que avance a través de la rutina de la mañana alegremente, no solo ir dándole órdenes. Esto puede significar que se vista a vuestro lado para que podáis a la vez ir reconociendo lo que va haciendo: "Me he dado cuenta de que has vuelto a coger tu camiseta azul. Te gusta esa camiseta? ¡Estas esforzándote tanto en ver qué zapato va en cada pie! ¡Hoy estás canturreando mientras te vistes!" Recuerda que el que se vista solo es vuestra prioridad, no la suya. Es vuestra presencia lo que le motiva.
- Mantened la rutina tan simple como sea posible: Es necesario ir progresando desde conductas sencillas (dentro de la capacidad del niño) que estén apoyadas en el adulto hasta conductas más complejas en las que vaya adquiriendo cada vez más autonomía. Por ejemplo, a la hora del desayuno puedes dejarle progresivamente que lo prepare, primero con vuestra ayuda y reforzando positivamente cada paso, para a medida que vaya aprendiendo vaya ganando en autonomía.
- Haced un juego de interpretación con vuestra rutina: En algún momento del fin de semana coged un par de peluches o muñecos que harán de mamá o papá e hijo. Haced que actúen como en vuestra rutina matinal. Haced que el muñeco pequeño se resista, se queje, se tire al suelo. Haced que la mamá o el papá pierdan los papeles (pero no le asustes sobreactuando). Que la mamá o el papá sean divertidos y torpes. Vuestro hijo quedará fascinado. Entonces dale a tu hijo el muñeco que hace de mamá o papá y volved a jugar al juego, pero esta vez uno de los dos padres será el niño. Hacedlo divertido para que los dos os riais y podáis soltar tensiones. Aseguraos de que creáis escenarios en los que el niño va al cole en pijama, la mamá va al trabajo en pijama, o en el que el niño le grita al papá que se dé prisa y que se termine de preparar, o que la mamá diga "¿a quién le importa esa reunión? ¡Le diré al jefe que es más importante encontrar tu coche de juguete!" Dale, en forma de fantasía, lo que no puede tener en la realidad, veréis mucha más comprensión y cooperación de vuestro hijo al día siguiente. Como poco, habréis disuelto la tensión.
- El secreto de la economía de fichas: Es una técnica que permite establecer hábitos regulares, rutinas estables y predecibles en casa que ayuden al niño/a a estructurar el tiempo e ir adquiriendo cada vez más hábitos de autonomía.
- Le leo al niño/a despacio lo que tiene que hacer antes de ir al colegio.
- Le preguntamos si lo ha entendido.
- Empezamos la rutina.
- Todos los días, entregamos al niño/a una ficha o gomet inmediatamente después de que ocurra la conducta deseada y le indicamos que lo pegue en el calendario (cada gomet es un punto).
- Cada día de la semana le decimos al niño/a que sume los puntos obtenidos y los anote en el calendario (ejemplo: lunes= 4 puntos).
- Los padres elaboran, así mismo una lista de premios (en orden creciente) en dicho calendario en el que figura el número de puntos que costará conseguir cada premio.
- Finalizada la semana el niño/a podrá canjear los puntos conseguidos por los premios estipulados.
BIBLIOGRAFÍA
Martínez Martín, Mº.A. y col. Todo sobre el TDAH. Guía para la vida diaria. Editorial Altaria (2013).
Markham, L. Cómo conseguir que tus hijos salgan de casa por la mañana AhaParenting.com