Novedades en el tratamiento del TDAH
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes en la infancia y adolescencia. Su heterogeneidad clínica se sustenta en la presencia de los síntomas nucleares, la disfunción ejecutiva presente en muchos de ellos y la elevada comorbilidad entre otras variables. Atendiendo a esta variabilidad, las medidas terapéuticas deben ser individualizadas, desde una perspectiva tanto psicoeducativa como farmacológica.
El tratamiento del TDAH debe ser multimodal y multidisciplinar:
Apoyo psicológico y pedagógico
La combinación de ambos tipos de tratamiento médico más psicológico y pedagógico constituye la opción con mejores resultados, con efectos que van más allá de la reducción de los síntomas nucleares del TDAH.
Tratamiento farmacológico
En nuestro país, disponemos de tratamientos psicoestimulantes y no estimulantes. Entre las novedades, dentro del primer grupo, destaca la lisdexanfetamina (LDX); en el segundo grupo, la guanfacina de liberación retardada (GXR).
1º) Tratamientos psicoestimulantes
En nuestro país, disponemos de dos tipos de psicoestimulantes aprobados para el tratamiento del TDAH: el metilfenidato (MPH) y la dexanfetamina (DANF).
Debemos señalar que la lisdexanfetamina en nuestro país está indicada en aquellas situacio¬nes en las que se ha observado una respuesta inapropiada a tratamientos previos (comercialmente recibe el nombre de Elvanse®). Se ajustará progresivamente según tolerabilidad y eficacia la dosis de lisdexanfetamina.
Las diferencias en los mecanismos de acción entre el metilfenidato y la lisdexanfetamina podrían justificar la diferencia en su perfil terapéutico y la preferencia del tratamiento por parte de los pacientes.
Los efectos adversos más frecuentes de los psicoestimulantes son la pérdida de apetito y el insomnio de conciliación. El impacto negativo sobre el crecimiento sigue siendo motivo de controversia.
2º) Tratamientos no estimulantes
Numerosos estudios controlados han demostrado la eficacia de los tratamientos no psicoestimulantes en el TDAH. Si bien los no psicoestimulantes muestran tamaños de efecto inferiores a los tratamientos psicoestimulantes.
La guanfacina de liberación retardada (cuyo nombre comercial es Intuniv®) es un agonista alfa 2 A-adrenérgico, parece mejorar la función del cortex prefrontal dorsolateral que regula la atención y la acción, y del cortex prefrontal ventromedial que regula la emoción. El tratamiento con guanfacina debe ser iniciado lentamente, vigilando la tolerabilidad y efectividad del mismo. Su beneficio se ha mostrado significativo a partir de la primera semana de tratamiento. Muchos estudios, no sólo han registrado el efecto de la guanfacina sobre los síntomas cardinales del TDAH, sino también sobre los síntomas del trastorno negativista-desafiante.
La tasa de respuesta de los psicoestimulantes y no psicoestimulantes es similar según varios estudios meta-analíticos; sin embargo, los fármacos psicoestimulantes presentan una mayor eficacia sobre los síntomas cardinales respecto a los no psicoestimulantes. Entre los psicoestimulantes, el metilfenidato parece mostrar una menor eficacia que los tratamientos anfetamínicos; en este último grupo, la lisdexanfetamina es la que ha demostrado un mayor tamaño de efecto.
Debemos recordar, que el metilfenidato sigue siendo el principio activo más empleado desde la perspectiva farmacológica del TDAH. Sin embargo, su formulación en cápsulas o comprimidos, así como su corta vida media, dificultan la administración del mismo, la adherencia y por tanto la cobertura terapéutica
Recordar que el tratamiento farmacológico debe ser una medida terapéutica recomendable en todo paciente con TDAH, siempre que el diagnóstico esté bien establecido, en base a los criterios clínicos actuales y a una repercusión manifiesta, ya sea en su rendimiento escolar, su relación social, su autoestima o su calidad de vida.
Más información en:
https://www.adolescenciasema.org/conferencia-novedades-en-el-tratamiento-del-tdah-d-martin-et-al-adolescere-2019-vii-2-67-73/
Andrea Gómez (2019).
Psicóloga clínica de Fundación CADAH.