La importancia del ambiente de estudio para estudiantes con TDAH
Para llevar a cabo tareas importantes debemos llevar a cabo una planificación de ellas, de manera que nos planteemos interrogantes necesarios para su correcto desarrollo, principalmente sobre el dónde, el cuándo y el cómo.
El estudio es una tarea importante que requiere de organización y planificación, así como de un lugar adecuado para que su desarrollo sea satisfactorio.
En el proceso de aprender a estudiar, es muy importante que dotemos a los niños con TDAH de autonomía hacia el estudio, de forma que se convierta en un hábito y no en una obligación que hay que estar todo el día recordándole.
Al igual que cuando son pequeños, deben empezar a vestirse solos, a comer solos o a realizar tareas en casa solos, y sabemos que no lo harán bien o que se mancharán o que lo harán mal, con el estudio ocurre igual. A base de trabajo, repetición y constancia adquirirán unos hábitos que perdurarán para siempre. Por ello, será importante contar con un ambiente familiar en el que niños y adolescentes con TDAH reciban el apoyo necesario por parte de la familia y donde se anime tanto en los éxitos como en los fracasos escolares.
Una vez que la familia está concienciada de su papel en el proceso de aprendizaje del estudio del sujeto con TDAH, deben tener presentes otra serie de aspectos importantes que son imprescindibles para que el proceso de estudio resulte beneficioso, cómodo y eficaz.
En primer lugar es necesario preguntarse dónde. ¿Cómo es el lugar adecuado para estudiar? Para comenzar, es necesario diferenciar entre las características ambientales y materiales con las que debe contar.
Ambientalmente necesitamos un espacio con el mínimo ruido posible, de forma que las distracciones por sonido ajenos a la sala de estudio no resulten perjudiciales. La temperatura también es importante; contando con una temperatura media el alumno se sentirá cómodo para estudiar. La ventilación es otro punto a tener en cuenta, puesto que un ambiente cargado atonta y produce dolor de cabeza.
Finalmente, la iluminación. Conforme pasan las horas de estudio, la vista va perdiendo eficacia, por ello, en los casos en que sea posible, se recomienda la luz natural. Cuando no, evitar la luz artificial directa sobre la hoja, ya que crea un contraste excesivo entre luz y sombras y provoca una reflexión sobre los ojos, lo que produce una intensa fatiga.
Debemos tener presente que el lugar de estudio requiere de un mobiliario mínimo.
Una mesa de estudio, cuanto más grande mejor, en la que se pueda tener sin problemas todo el material necesario para el estudio, y eliminando de ella todo lo que pueda hacer perder la concentración.
Una silla recta y cómoda, adecuada a la mesa y a la altura de los ojos respecto de la mesa, para evitar la fatiga.
Una estantería donde poder tener ordenado todo el material necesario para el estudio, de manera que el alumno pueda encontrar fácilmente lo que busca, de forma que no se pierda tiempo.
Y finalmente un tablón, donde el estudiante pueda almacenar toda la información que es relevante y que lo tenga al alcance de la mano: fechas de exámenes, trabajos, el horario de clase, citas con amigos, familiares, etc.
Segundo interrogante, cómo. Una vez que contamos con un lugar preparado y en condiciones, se hace necesaria una organización y planificación de la actividad que en ese lugar se va a desarrollar: el estudio. Con la confección de un horario el alumno podrá aprovechar mejor el tiempo y el esfuerzo, lo que le permitirá disfrutar más de su tiempo libre.
Para que un horario sea corrector debe ser: personal, flexible y revisable.
Cuando ayudemos al niño con TDAH a elaborar su horario personal, tenemos que contar con una serie de pasos:
El último interrogante que debemos hacernos es el referido al cómo estudiar. Tenemos que saber que aprender a estudiar es un proceso en el que se dota al sujeto con TDAH de pautas, estrategias y pasos que deberá interiorizar, de manera que hará suyo el proceso de estudiar, realizándose este de manera automática una vez que lo ha asimilado.