Diagnóstico diferencial del TDAH
Dificultad en la identificación del trastorno
Durante la primera infancia puede ser difícil distinguir los síntomas del Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) con ciertos comportamientos propios de la edad en niños activos (corretear, levantarse de la silla, actuar ruidosamente, etc.)
Numerosos trastornos o problemas médicos pueden manifestarse por síntomas presentes o nucleares del TDAH lo que dificulta la correcta identificación del trastorno. Esta dificultad aumenta cuando algunos de estos trastornos están asociados o son comórbidos al propio TDAH (trastornos de ansiedad, problemas de sueño, estrés ambiental, inquietud, inmadurez cognitiva, etc.)
La dificultad principal a la hora de identificar el TDAH correctamente parte del desconocimiento del trastorno cuando no existe información de las características del trastorno y sus manifestaciones desde las familias o los centros escolares.
También la identificación del trastorno a menudo resulta difícil a los profesionales de la salud debido a la posible presencia de otros problemas o alternaciones:
Existen una gran variedad de problemas médicos y psiquiátricos que pueden parecerse al TDAH. Causas médicas o físicas incluyen problemas audición, problemas de atención, epilepsia, secuelas de traumatismo craneal, enfermedad médica aguda o crónica, malnutrición, alteraciones de la visión, síndrome de piernas inquietas, trastornos de memoria, trastorno del sueño, problemas tiroideos, problemas ambientales, etc.
En ocasiones algunos niños/as con distintos grados de retraso mental leve y capacidad intelectual en el límite con el retraso mental, pueden ser confundidos con el TDAH. Cuando nos encontramos con un niño/a con un cociente intelectual (CI) bajo que acude a un centro académico que no toma en consideración esa dificultad y desajuste del ritmo a su capacidad, es frecuente que aparezcan síntomas de inatención, desmotivación y pérdida de interés que no tienen por qué corresponder a un trastorno de déficit de atención. También puede observarse desatención en el aula cuando niños/as de elevada inteligencia están situados en ambientes académicamente poco estimulantes.
Los niños/as con problemas académicos de lecto-escritura, cálculo, comprensión, a menudo son confundidos con niños con déficit de atención, ya que las dificultades y errores académicos de estos niños concurren a veces con las dificultades que se aprecian en los sujetos con TDAH, y es por tanto necesario realizar evaluaciones específicas y pruebas de tamizaje.
Respecto a la hiperactividad, algunos niños en la parte alta del espectro normal de actividad pueden parecerse a niños con TDAH, o niños con un temperamento difícil. También el trastorno bipolar de comienzo temprano se puede parecer al TDAH. Los trastornos de ansiedad, las fobias, la depresión, o las secuelas de abuso o abandono de las necesidades del niño pueden interferir con la atención y la concentración, estados de agitación, etc. (Soutullo y Díez, 2007).
Los sujetos con comportamientos negativistas pueden resistirse a realizar tareas laborales o escolares que requieren dedicación personal a causa de su renuncia a aceptar las exigencias y normas de otros. En este caso el diagnóstico diferencial puede complicarse cuando algunos sujetos con TDAH presentan de forma secundaria actitudes negativistas y opositoras hacia el estudio o las diferentes responsabilidades.
Los ambientes excesivamente permisivos también dan lugar a conductas desorganizadas, falta de hábitos y rechazo a las normas y responsabilidad en las tareas. Los sujetos con trastornos disocial y problemas graves de conducta (conductas ilícitas, ausencia de respeto por las normas, destrucción de la propiedad, comportamientos disruptivos y/o agresivos, etc.) también pueden confundirse con sintomatología propia del TDAH, especialmente en la adolescencia.
Con respecto a los fármacos y sustancias psicoactivas, existen algunos medicamentos como fenobarbital o carbamacepina, y drogas como el alcohol, el cannabis, la cocaína, o los inhalantes volátiles, que pueden disminuir la capacidad la atención y concentración, desorganizar el pensamiento, provocar desajustes en los hábitos y la organización del tiempo, problemas de memoria, falta de motivación e interés, etc.
En algunos escolares puede observarse desatención en el aula cuando niños de elevada inteligencia están situados en ambientes académicamente poco estimulantes, ambientes desorganizados, con falta de límites y normas y/o caóticos, o excesivamente rígidos, con demandas desajustadas a las capacidades o ambientes excesivamente demandantes, pueden ocasionar a los alumnos, estrés ansiedad, agitación y problemas de atención y organización.
En la siguiente tabla quedan recogidos los principales trastornos diferenciales del TDAH:
TRASTORNOS DEL NEURODESARROLLO O PSIQUIÁTRICOS |
FACTORES AMBIENTALES |
|
TRASTORNOS MÉDICOS |
*Entidades a valorar en el diagnóstico diferencial o comórbido (Alda Díez et al., 2011).
BIBLIOGRAFÍA
DSM-IV-TR. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. (2002) Elsevier Masson
Martínez Martín, Mª Angeles y cols. (2011) Todo sobre el TDAH. Guía para la vida diaria: Avances y mejoras como labor de equipo. Ed. Altaria.
Sotullo, C. y Díez, A. (2007). Manual de diagnóstica y tratamiento del TDA-H. Ed. Médica Panamericana.
Young, S., Fitzgerald, M. y Postma, M.J. (2013) Libro Blanco del TDAH. TDAH: hacer visible lo invisible.