Destacado

El entorno universitario y la propia organización de las enseñanzas de esta etapa, pueden resultar especialmente complejos para los estudiantes con TDAH, por ello es preciso conocer el funcionamiento universitario así como las peculiaridades asociadas al propio trastorno para poder elaborar estrategias que faciliten la vida universitaria de estos estudiantes. Por tanto,

1º) Dado que el funcionamiento universitario presenta importantes diferencias respecto a los niveles educativos anteriores, hay que tener en cuenta que la Universidad plantea retos únicos al alumno con TDAH:

‒ En la Universidad la atención directa con el alumno es más difícil, debido, por una parte, a que el número de alumnos por aula puede ser muy variable y extenso y, por otra parte, al propio diseño de los planes de estudios en materias, muchas de ellas semestrales, lo que equivale a contactar con los alumnos durante un periodo de tiempo muy limitado, que no facilita el conocimiento y adaptación entre alumnos y profesores (Martínez y Bilbao, 2009).

‒ Otro aspecto a tener en cuenta es que las actividades académicas son muy numerosas y variables (diferentes dinámicas de trabajo según asignaturas y profesores; tiempos libres entre clases; horas de trabajo en grupo; cambios no previstos con antelación; desplazamientos...).

Por ello, el conocimiento previo de la organización y estructura universitarias, así como de los planes de estudio y metodologías de enseñanza facilitaría a los estudiantes con TDAH, su adaptación al contexto universitario.

2º) Se supone que los estudiantes acceden a la Universidad con una serie de destrezas y habilidades como: tomar apuntes, entender y redactar textos, pensamiento abstracto, conocimiento básico de idiomas...

‒ Ser universitario implica, por tanto, ser autónomo, ser capaz de organizar su propio tiempo y actividades (agenda, asignaturas, distintos tipos de tareas requeridas...) y de tomar ciertas decisiones (ir a clase o no, formar parte de un grupo u otro, elegir temas de trabajo, pedir ayuda...).

Saber que nos podemos encontrar con universitarios que no tienen adquiridas total o parcialmente estas habilidades ayuda a entender sus dificultades de aprendizaje y a planear estrategias facilitadoras.

3º) La vida universitaria además del estudio conlleva otra serie de actividades, de manera que los estudiantes tienen que ser capaces de conseguir un equilibrio entre su vida personal y su vida académica (Martínez y Bilbao, 2009).

‒ Si alcanzar este equilibrio ya es costoso para cualquier estudiante, mucho más para un alumno con TDAH que puede llegar a sentirse especialmente indefenso ante un campus universitario que le brinda una oferta tan amplia de actividades deportivas, culturales, solidarias, de ocio... así como unos compañeros que le posibilitan infinitas y nuevas oportunidades de relación social.

Desde la Universidad se puede brindar a este alumnado apoyos y ayudas como el `Programa Mentor`, de manera que otro compañero de cursos superiores le oriente y guía en su nueva etapa universitaria, recibiendo así herramientas y estrategias que le permitan una mejor incorporación académica, social y personal.

4º) No podemos olvidar que aún el trastorno por déficit de atención es desconocido entre la mayoría de los docentes, los estudiantes y el personal de administración y servicios.

‒ Simplemente no saben qué pueden o tienen que hacer, es preciso, por tanto, dar a conocer el trastorno, lo que implica acercar el TDAH a la comunidad universitaria; eliminar prejuicios; conocer sus dificultades y competencias y proporcionar estrategias y pautas de actuación eficaces en el desarrollo de la docencia universitaria con alumnos que presentan las características asociadas.

En este sentido, como miembros de la comunidad universitaria debemos ser conscientes de las implicaciones personales, familiares, académicas y laborales que tiene para un joven universitario presentar TDAH.

Al llegar a su edad adulta con frecuencia desarrollan percepciones negativas de sí mismas, de manera que si no reciben un tratamiento adecuado (médico y psicoeducativo), su autoestima, su ejecución y destrezas en el trabajo así como sus logros académicos y aptitudes sociales se verán afectadas. Al igual que darse cuenta de sus características positivas, que generalmente pasan desapercibidas, ayudará a cambiar la percepción que se pueda temer de los estudiantes con TDAH, permitiendo al profesorado la posibilidad de potenciarlas y servirse de ellas en su proceso de enseñanza.

Andrea Gómez Iglesias,
Psicóloga clínica de Fundación CADAH.

BIBLIOGRAFÍA

Martínez Martín, Mª. A. y Bilbao león, Mª. A. (2013). Los estudiantes con TDAH en la Universidad. Un colectivo a tener en cuenta. En Martínez Martín, Mª. A. y col. Todo sobre el TDAH. Guía para la vida diaria (pp. 279-304). Altaria: Tarragona.

Martínez, M. A. y Bilbao, M. C. (2009). Estudiando en la Universidad. En M. A Martínez y H. Conde (Coords.) Trabajar con personas con TDAH, una labor de equipo (pp. 125 -136). Burgos: Servicio de publicaciones de la UBU.