Cómo mejorar la ortografÃa en niños con Hiperactividad utilizando el vocabulario ortográfico
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Trabajar el vocabulario ortográfico
En el libro titulado, «La disortografÃa. Prevención y corrección»`, de la editorial CEPE (páginas de la 135 a la 146), el autor RodrÃguez JorrÃn presenta una lista de vocabulario básico ortográfico para primaria y secundaria. Si el niño domina la escritura de estas palabras básicas, dominará probablemente todo el vocabulario básico de los primeros cursos. Las faltas de ortografÃa desaparecerán aunque el niño no conozca todas las reglas ortográficas pues a través de él aprende implÃcitamente dichas reglas.  El vocabulario básico está divido en tres niveles según sean más frecuentes o menos frecuentes. Por ejemplo, dentro de las palabras que se refieren al cuerpo humano, en el primer nivel encontramos «barriga» en el tercero «axila».
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¿Cómo proceder a la hora de trabajar el vocabulario?
1. Explique al chico el modo en que el cerebro aprende cómo se escriben las palabras:
«Tú sabes que los mayores no cometemos muchas faltas, pero ¿sabes qué hacemos cuando no sabemos si una palabra se escribe, por ejemplo, con "b" o con "v" (sÃ, porque los mayores también dudamos a veces), pues simplemente escribimos la palabra con "b " y después con "v " y vemos cuál de las dos formas "nos suena más", cuál nos resulta más familiar. Es posible que si tú intentas hacerlo tengas las mismas dudas que antes "¿será con b o con v? a mà me parecen igual de bien".
¿Sabes por qué para los mayores este truco funciona?, simplemente porque llevamos tantos años leyendo que hemos grabado las palabras en el cerebro muchas veces. Cada vez que leemos o escribimos una palabra se queda grabada, asà que cuando la vemos escrita bien y escrita mal, la que nos parece mejor es la que hemos visto correctamente escrita más veces. ¿Cómo puedes tener tú una base de datos de palabras correctas para no equivocarte? Puedes hacer dos cosas, leer muchÃsimo o entrenarte practicando con las palabras que no sabes. Leer mucho puede llevar demasiado tiempo y, además, algunos niños tienen poca memoria visual y no les sirve para mejorar las faltas, asà que vamos a intentar el entrenamiento. Para empezar necesitamos saber qué palabras conoces y qué palabras no conoces, ¡no vamos a hacer dictados cogiendo palabras a lo loco!, se trata de ahorrar tiempo y energÃa. Trabajaremos duro, pero sin perder el tiempo escribiendo cosas que ya sabes.»
2. Después, dicte al chico las palabras del primer nivel a lo largo de varios dÃas. Tenga el nivel que tenga el chico comience por el principio.
3. Ayúdele a corregir la lista mientras escribe las palabras. Señale también todas las palabras en las que el chico ha dudado (aunque finalmente las haya escrito bien).
4. PÃdale al niño que cuente todas las palabras que ha escrito bien. Esta parte es muy importante porque a estas alturas estará desanimado por el número de faltas que cometió. Necesitará un refuerzo.
5. Confeccione una lista con todas las palabras que escribió mal.
6. Añada a esta lista las faltas que el chico cometió en todos los dictados que haya tenido durante el curso (si son demasiadas, divida la lista en listados más pequeños). Esta lista será la base de datos con la que trabajaremos: Faltas de la lista + Faltas de los dictados.
Hay niños que, a pesar de estar en un curso avanzado, parecen rendir como otros más pequeños por falta de control, porque se frustran con facilidad o, simplemente, porque no están acostumbrados a trabajar sentados ni un solo momento. Para estos niños la orientación por cursos del cuadro anterior serÃa un error. Comenzaremos por realizar un trabajo mÃnimo y, a medida que vayan entrando en el nuevo ritmo de trabajo, aumentaremos el tiempo y número de frases hasta llegar, finalmente, al número aconsejado para su curso y edad.
7. No nos dejaremos llevar por el entusiasmo del niño. Los niños hiperactivos se entusiasman y desilusionan en un suspiro. Es frecuente que cuando el niño ve que el trabajo es poco y puede realizarlo con facilidad, se entusiasme ante sus logros y desee hacer más de lo estipulado. En estos momentos podemos sentirnos tentados a reforzar su entusiasmo, y nuestro ego, con más trabajo. Sin embargo corremos el riesgo de quemar las naves los primeros dÃas, al poco tiempo, pasada la novedad, el niño dejará de colaborar. Por el contrario, si le dejamos deseoso de continuar, el mensaje que recibe es « ¡chico, qué trabajador estás!» y el entusiasmo se prolonga mucho más tiempo. No hay prisa, a lo largo de un curso pueden aprenderse muchas palabras. No se trata de una carrera contra reloj.
8. Si en la lista hay palabras que pueden recordarse atendiendo a una regla ortográfica sencilla, se la enseñaremos al niño en el momento en que vaya a copiar una falta de ese tipo (es decir, cuando realmente esté motivado para ahorrarse tiempo aprendiendo una regla que le va a facilitar no tener que copiar esa palabra más veces).
9. No reevaluaremos al niño hasta que estemos convencidos de que domina la mayorÃa de las palabras que tenemos en la lista (la lista puede fraccionarse si son muchas). El único sentido de la evaluación es que el niño se anime al comprobar que avanza, si no ¿qué ganarÃamos con evaluarlo?.
10. La evaluación se realizará un mes y medio o dos meses después de comenzar el trabajo, y se dictarán no sólo las palabras de la «lista negra», sino todas las palabras del primer nivel. Es importante que el niño vea que puede escribir una gran cantidad de palabras correctamente.
11. Si lo creemos oportuno y el profesor no lo ha hecho en clase, será útil repetir uno de los dictados en los que haya tenido más faltas. Lo haremos cuando estemos seguros de obtener un éxito. Un niño hiperactivo tiene que notar que avanza y que merece la pena trabajar un poco a diario.
12. No haremos nunca un comentario negativo respecto a las faltas de los dictados. Si el niño comete una falta que ya parecÃa tener superada, es porque falla su nivel automático y por lo tanto su ejecución correcta depende de la capacidad de mantener la atención con eficacia. En estos casos, practicaremos más.
13. Celebraremos el paso de un nivel a otro. Por parte de los padres, se podÃa plantear, como ejemplo: ¿Por qué no realizamos alguna actividad para celebrarlo?.
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BIBLIOGRAFIA
Orjales Villar, I. (2011). Déficit de atención con hiperactividad. Manual para padres y educadores. Edit. CEPE.